miércoles, 16 de febrero de 2011

INAUGURADA LA RETROSPECTIVA DE MARÍA PEIRÓ EN NUESTRA SALA


                                       VÏDEO DE "PALMERAL"



   Esta noche se ha inaugurado en nuestra sala una retrospectiva  de nuestra compañera MARÍA PEIRÓ, en la que presenta treinta y dos óleos de diversas temáticas y  distintas épocas de su pintura.
   Para acompañarla acudieron familiares, amigos y colegas de la Asociación; y para darles la bienvenida ha estado nuestro Presidente Juan Antonio Poblador, que le recriminó, cariñosamente, el que se le viera tan poco por la sede, privándonos con ello de admirar y aprender de su pintura.
   A continuación el Coordinador de exposiciones y comisario de esta, dió lectura al siguiente escrito:
  “Aunque  MARIA  PEIRÓ tiene ya como socia cierta antigüedad, no se ha prodigado mucho por esta sede ni tampoco ha participado en esta nueva etapa de la Asociación, en ninguna muestra colectiva ni individual. Sin embargo casi nació con un pincel en la mano, que, seguramente y para suplir el lápiz con el que dibujaba desde que se reconoce, le pondría su padre en la mano. Y es que, ser hija del pintor monovero Francisco Peiró,  llegar a la vida con esa herencia genética y empezar a gatear por entre lienzos y pinceles, tropezando con  tubos de pintura  aquí y allá,  e identificar mejor  el  olor de la trementina que el de la colonia con la que le acicalaban , sin lugar a dudas fue determinante para que desde los diez años comenzara su formación académica, con clases particulares de dibujo del natural con carboncillo, y cuando tubo la edad requerida entrara en la Escuela de Artes y Oficios en Valencia, -donde nació-, y recibió clases de los pintores  Genaro la Huerta, José Hervás y Francisco Baños.
   Con los conocimientos adquiridos, mas su imaginación creativa, durante algún tiempo se dedica al diseño de vestuario femenino. Luego se da una vuelta de dos años por Londres, donde trabaja y vive la bohemia de exponer  sus obras los domingos en las vallas de Hyde Park. Vuelve al redil y durante un tiempo trabaja en lo suyo en una empresa madrileña donde dibuja y modela. En el 75 regresa a Valencia y su primera exposición individual es una de temática naif,  -que mereció los elogios del periodista y crítico Carlos Sentís-  a la que siguen otras de diversa temáticas pues su inquieta imaginación creativa la llevan a una  continua experimentación de técnicas y temas.
   Luego y durante algunos años, la vida familiar la aburguesa para criar a sus tres hijos, pero aprovecha el paréntesis profesional y expositivo para dibujar con trazo rápido a lápiz o plumilla a sus hijos mientras van creciendo. Así va manteniendo el trazo a punto, hasta  que la crianza le va dejando volver a la inmersión plena en la pintura y de nuevo comienza a exponer en una decena de individuales y a realizar retratos de encargo y otras obras que va creando y almacenando, y que ahora en esta su primera exposición en su Asociación, nos las viene a mostrar para que la conozcamos mejor artística y personalmente.
  Como persona y en lo poco que yo la he tratado veo que es una mujer de un dulce encanto femenino, bella como a la vista está, discreta, educada y paciente como para perdonarme un fallo que tuve en la reserva de sala.
   Como pintora creo que se trata de una autentica profesional, con todo lo que ello implica y que se ve reflejado en su maestría en el dibujo que  subyace bajo la mancha de color de clara extracción impresionista  a lo Renoir, (en especial en las flores) o más bien a lo Peiró su padre, del que su amigo y paisano Azorín tenia a gala tener  alguno de sus paisajes en su cuarto de trabajo porque según dijo de él:
   “Francisco Peiró es pintor; no todos los pintores son pintores. Peiró pinta paisajes. El paisaje es una interpretación. En cualquier sitio -como decía Corot- puede poner su caballete el paisajista. Donde lo ponga estará bien puesto. Y donde lo ponga, pondrá su personalidad. Peiró interpreta Levante. Hay en Levante matices suavísimos. La interpretación de Peiró es fina, clara, optimista. Toda pintura, a más de las calidades estéticas, tiene excelencias morales. Nos alienta la pintura de Peiró. Podemos, sin riesgo, colgar uno de sus lienzos en nuestro cuarto de trabajo. Tendremos con él un pedazo de Levante, la serena tierra ribereña del azul y manso Mediterráneo.”
   Por eso a la hija de aquel maestro, solo nos queda aplicarle el dicho popular: “de casta le viene al galgo”. En este caso, “a la galga” María Peiró que, sin lugar a dudas, es la digna heredera artística de su famoso padre,
Muchas gracias”.
  María cerró el acto con un  escueto ¡GRACIAS! en el que estaba implícito su agradecimiento al público que llenaba la sala para acompañarle, y la emoción que sentía al verse tan arropada, sin que su innata timidez le impidiera  decir nada más que ese ¡GRACIAS!  que a todos nos sonó tan dulce como el “lunch” con el que nos obsequió.
Carlos Bermejo