martes, 6 de enero de 2015

EL ARTISTA NO MUERE MIENTRAS SU OBRA PERDURE

  
   Por acuerdo de la Junta Directiva, tomado el año 2008, se acordó que cuando algún socio falleciera se organizaría una exposición antológica póstuma como homenaje. Igualmente se acordó hacerlo con carácter retroactivo, partiendo desde Marzo del 2006, fecha en la que la actual Junta se hizo cargo de la Asociación. Y como quiera que desde aquella fecha, hubieran  fallecido nuestros compañeros asociados Daniel Escaldaferro, Luis Moretón y Paulino Tebar, se organizó, con obras aportadas por las respectivas familias, una ANTOLOGICA POSTUMA dedicada a ellos, que se inauguró en nuestra antigua sede de Maisonnave 33 el 2 de enero de 2009.
   En la presentación de la exposición, hable sobre los fallecidos y sobre sus obras. Ayer, al buscar en mi archivo y poner el nombre de LUIS MORETON, de entre los miles de escritos que en el disco duro de mi ordenador  conservo, apareció el  que a continuación transcribo por estimar que es  todo un canto a la amistad y una reflexión sobre la inmortalidad que, mientras la obra perdura, le confiere al artista que la creó aunque haya muerto.
 EXPOSICION HOMENAJE A DANIEL, LUIS Y PAULINO   Queridos amigos y colegas. Inauguramos hoy esta  exposición antológica póstuma, como homenaje debido a tres de nuestros compañeros de Asociación, que físicamente ya no están con nosotros. Se fueron cuando aún tenían bastante que vivir y mucho que pintar, dejando familia, amigos e intereses y un imborrable recuerdo de sus vivencias entre los que fuimos sus amigos y compañeros.
   Los tres fueron víctimas repentinas e inesperadas, de los problemas de sus nobles corazones o de los ríos  de venas y arterias que los irrigaban. No gozaron de apacible senectud en la que disfrutar de una vida ya hecha en todos los sentidos, pero tampoco sufrieron la amargura de una posible decrepitud.
  Los tres dejaron una obra artística inacabada pero ya consolidada, como podéis ver en esta corta  antológica que ahora inauguramos.
   Los tres practicaban el realismo para expresarse en pintura, con matices personales que los identifican: Daniel Scaldaferro estaba al borde del hiperrealismo, especialmente en el tema de la figura que era el que más trataba en su obra. Luis Moretón practicaba el paisaje y el bodegón, con ciertos toque impresionistas. El realismo de Paulino Tebar, se decantaba con suavidad hacia el realismo impresionista, en función del tema del cuadro y los tocaba todos.
   Los tres eran excelentes dibujantes y los tres empleaban, mayoritariamente, el óleo como técnica.
    Y los tres hicieron una pintura sin concesiones a las modas del momento, que entronca con lo mejor del Arte de todos los tiempos: el que viene del Renacimiento, pasa por Velázquez y arriba al impresionismo. Es decir, la pintura que estamos seguros perdurara en el tiempo, cuando el Arte deshumanizado que hoy nos invade, pase al rincón del olvido.
     Como todo creador, ellos trascienden de la muerte física y vivirán en la obra creada mientras el tiempo no la destruya. No busquemos a Daniel a  Luis o a Paulino, en sus cenizas o en sus huesos, allí no están. Busquémoslos en estos cuadros que nos rodean. Ellos están aquí  en espíritu y yo diría que hasta físicamente. La moderna técnica forense podría sacar su ADN, de la huella de sus dedos dejada al fundir los colores; de ese cabello, que ya empezaban a perder y que quizás quedo atrapado entre la pasta; del halito de su respirar cuando apacible o apasionadamente trabajaban en el cuadro. Ahí pueden estar  sus huellas físicas, pero ¿acaso importan las huellas físicas en la obra de Arte…? No mucho, si las comparamos  con la huella espiritual del artista que las crea. El sufrimiento y el gozo se aúnan en el proceso de creación, para desembocar en el sumo placer que se experimenta  cuando surge  la obra de donde solo había un lienzo en blanco. Y  esos sentimientos se quedan vagando para siempre, como  fantasmas buenos del castillo encantado del cuadro.    Por eso yo os digo a vosotras Marian, Carmina y Pepi, que cuando sintáis añoranza de los buenos momentos vividos con los hombres singulares que fueron vuestros esposos, miréis con detenimiento esos  cuadros que cuelgan en las paredes de vuestras casas y veréis, si las lágrimas os dejan, que ellos están  allí para vosotras y para siempre, como también lo están para nosotros, sus amigos y compañeros de Asociación, que hoy estamos aquí para rendirles este merecido y sentido homenaje póstumo.
Gracias.
Carlos Bermejo
Alicante, 2 de Enero de 2009”
Y 6 de enero de 2014