domingo, 13 de mayo de 2012

TREINTA ARTISTAS ALICANTINOS EN JUMILLA

<COMENZAMOS BEBIENDO ACEITE, MOJANDO PAN Y QUITANDO EL SABOR CON LA MANZANA>


<EL GRUPO, EN LA BODEGA, RECIBIENDO CLASES DE ENOLOGIA ANTES DE PASARSE EN LA "CATA">

<LOS QUE PRESIDIERON LA INAUGURACIÓN>

<Y ESTANDO EN JUMILLA, LÓGICO QUE TODO ACABARA EN "BOTELLÓN"

  Este es el relato de un viaje que comenzó bebiendo aceite y acabó como tenia que acabar  estando en Jumilla: haciendo “botellón” a las puertas de su Museo Etnográfico, tras haber pasado por el tramite  de la inauguración de la exposición “TREINTA ARTISTAS ALICANTINOS” en la que la Asociación de Artistas de El Campello, se encargó de la organización y la nuestra de aportar al grueso de los artista y a los acompañantes.
   Y aunque no somos lechuzas, si hay buen ambiente y ganas de comer, a las once de la mañana nos dieron una deslavazada cata de aceite, en la que el presentador se fue por los cerros de Úbeda, mientras los catadores nos atiborrábamos de pan y manzana, esta para quitarnos el sabor de boca entre la prueba de uno y otro aceite y asi poder distinguir sus diferencias, que para este catador estuvieron en que  al malo le seguía otro peor
   Y ya ahítos de pan, nos fuimos a hacer camino, para encontrarnos con el vino en una bodega de esas de diseño, que no sabes si admirar mas el edificio, la maquinaria, las cubas, las montañas de barricas y la técnica para elaborar el vino (muy bien explicada por una inteligente y locuaz  jumillana)  que el propio vino. Luego en la comida, también de diseño, que nos dieron en la propia bodega, pudimos comprobar que el producto elaborado tenia calidad y buenos hechos, pues en la cata-comida, probamos cuatro o cinco de ellos de todos los colores y antigüedad en barrica de roble, que sirvieron para caldear los ánimos y que, como ya es tradicional  en toda comida que se precie, acabamos cantando “Asturias patria querida”, bien dirigidos por una asturiana de pro que se tomó muy enserio su condición de “catadora” y por poco termina con los blancos, los rosados y los tintos del stock de la bodega, con lo que tomó tal “marcha”  que hizo de estimulo para todos, que aunque soñolientos a la hora de la siesta y tras la comida, fuimos capaces de aguantar el paseo por el casco antiguo de la ciudad  y de  visitar su  Museo Arqueológico, donde no se si por la influencia que emanaba de las milenarias vasijas iberas, por el calor que traíamos de las calles recalentadas  por casi cuarenta grados de sol, o por los efectos de la comilona y el vino con el que la regamos,  algunos nos quedamos traspuestos y casi tan muertos como los fósiles del museo.
  Hasta que ya en el Etnográfico, para inaugurar oficialmente la exposición, que se hizo con la presencia del Director del Museo, del técnico de cultura (en ausencia de la Concejala) y con las palabras finales de la organizadora-presentadora y Presidenta de la Asociación de Pintores de El campello, a eso de las siete de la tarde, terminamos de hacer la digestión de lo engullido y a la espera de proseguir con la cata de dulces y quesos, que figuraba en el programa, no dimos una vuelta por las salas del Museo, donde junto a la etnografía del pasado de los jumillanos, pudimos admirar una colección de mariposas , digna de ser visitada por quien tenga amor por la naturaleza y por la belleza.
    Finalmente, llegó el alma de la logística de  este viaje: un alicantino-jumillano, inteligente y de lo más amable y servicial que pueda darse en su pueblo de adopción,  con los dulces, los quesos y el moscatel, y por eso de la tardanza y porque ya iba siendo la hora de partir, instaló su “chiringuito” a la puerta del Museo, y todos, nos dimos a la practica del “botellón”, que lo pudimos hacer  casi de forma clandestina, pues en cien lenguas a la redonda y durante toda la calurosa tarde, no vimos más allá de tres o cuatro jumillanos por las calles. Seguramente, ellos si saben mucho de la cultura de la siesta, y mientras de Alicante venía la troupe de los artistas y acompañantes a mostrarles la cultura artística, a ellos les interesaba más la otra, pues no se, si aparte de los que presidieron la inauguración,  y de un simpático fotógrafo de algún medio local,  que, cámara en ristre, tomo infinidad de fotos, habían alguno que otro jumillano  mas.
   Y como de todo lo ocurrido hay constancia grafica por medio de las fotos de nuestro fotógrafo particular y Vocal de la Junta Directiva que firma las que se recogen en esta crónica, y las de otro compañero que también firma las suyas, en el reportaje adjunto, corto y cambio, pues a la postre y para los que les molesta el  negro de las letras (los más) una imagen…ya se sabe.
    Carlos Bermejo
Alicante, 13 de mayo de 2012