jueves, 3 de abril de 2014

LAS ACUARELAS DE BLANCA MOYA EN EL CASINO MEDITERRÁNEO

 <MIGUEL ÁNGEL FRANCO, DIRECTOR COMERCIAL DEL CASINO, ABRIENDO EL ACTO>
 <ALFREDO ARACIL, PERIODISTA, CRITICO DE ARTE Y ESCRITOR, PRESENTÓ A LA ARTISTA>
 <BLANCA MOYA, DURANTE SU APASIONADA  Y VIBRANTE INTERVENCIÓN>
 <LOS ASISTENTES, ESCUCHANDO A LA ARTISTA BLANCA MOYA>
< AL ABORDAJE DEL LUNCH CON EL QUE EL CASINO OBSEQUIÓ A LOS ASISTENTES>


  En la noche de hoy miércoles día 2 de abril, BLANCA MOYA a inaugurado su exposición “ACUARELAS”,  en la Sala de Exposiciones del Casino Mediterráneo, presentada por el periodista,  crítico de arte y escritor, ALFREDO ARACIL.
  Comenzó el acto de inauguración, con las palabras de bienvenida de MIGUEL ÁNGEL FRANCO, Director Comercial del Casino y alma de espacio artístico y cultural, con el que casino (ente impersonal sin alma) delega en quien la tiene en grado tal, que nos hace olvidar  que estamos en un lugar donde es difícil pensar en algo que no sea material y prosaico; e incluso, cuando, como es su obligación por el cargo que ostenta, nos insta con su habitual sutileza a que subamos “arriba que es donde se reparte el dinero”, lo hace de una forma tan natural, tan  sencilla, tan como de pasada, que más parece que el “negocio” para el que trabaja y le pagan, donde esta es “aquí abajo”, en el rincón que el casino reserva para el Arte.
  Y como siempre, abrió con las palabras justa, con la sonrisa en los labios y la nota de humor adecuada para crear el ambiente propicio para que todo el mundo se sienta en casa. Algo que logró plenamente con la debutante BLANCA MOYA, que pasó desde un notorio y natural nerviosismo al empezar el acto, al sentirse pletórica y con tan inusitado desparpajo, que hasta a quien la conocemos nos asombró, cuando al final de la presentación de ALFREDO ARACIL, tomo la palabra y no la soltó hasta que  nos narró  el proceso evolutivo de sus  veinte años de aprendizaje; el esquema del montaje de la exposición; las diferentes técnicas y materiales empleados, que pasaron por el collage, el óleo y el acrílico; hasta que “buscando nuevas formas de expresión”, llegó a las acuarelas  “mezcladas con tintas, a las que me he dedicado casi por completo en estos últimos tres años y que considero la parte más interesante y novedosa de mi creación artística”. Y como por ser montañera y “encantarle la naturaleza” durante estos tres años, “me he dedicado a intentar representarla de una manera diferente a la habitual: onírica; con la inconcreción propia de los sueños, sintética; con los mínimos trazos, decir lo más posible; con la fusión de las manchas y contraste muy bruscos de color, insinuar y dejar al espectador que complete la obra en su imaginación”.
  Luego de todo eso, se eternizó, como bien nacida, en agradecer a la Asociación, a la que pertenecen  cuatro miembros de su familia; a Carlos Bermejo y a Martigodi que aconsejaron sus posibilidades como acuarelista,  a su presentador, Alfredo Aracil, a Miguel Ángel Franco, a Manolo por el montaje, a Adrián, “su critico más feroz, pero también el más eficaz, con el que forma tándem en la vida personal y artística, por  todo lo que habia hecho por ella; para rematar tan sentimental capitulo, con sus padres  “que siempre me han apoyado en todo”.  En fin, que del nerviosismo pasó a la euforia y se mostró espontanea, sincera y derrochó gracia y simpatía, con lo que se  ganó el fervor de los asistentes, que la aplaudieron con fervor y admiración.
   ALFREDO ARACIL,  en su presentación, utilizo todos sus recursos de experto en arte y de maestro de la palabra culta y hasta lirico sinfónica, para resaltar las muchas cualidades artististica y personales de la artista , de quien dijo que “los cuadros que aquí se exhiben, fruto de la creatividad de BLANCA MOYA, son el elocuente y férreo aval de mis palabras”; “que lo único que deseo es que aquellas personas que se enfrentan por primera vez a estas obras realizadas con la técnica de la acuarela, les ocurra lo mismo que a mí, hace ya de esto algunos años, no muchos. Entonces experimenté esa sensación agradable de moderación, quietud y , al mismo tiempo de confianza, de seguridad y de serenidad, lo que es igual a decir poseído por el ambiente que me rodeaba” y que como a primera vista se podía apreciar, “nos enfrentamos a una sinfonía de color, en la que el cromatismo perfectamente distribuido sobre el papel, es la base fundamental de la pieza que estamos escuchando en un concierto en el que no es indispensable la presencia de un solista, porque todos los instrumentos por igual, funcionan a la sola indicación del maestro concertador y director, en este caso de la mano sutil y delicada  de BLANCA MOYA, guiada por el instinto de sus sensibilidad artística”; aquí  “los colores no están en el papel por capricho, ni son fruto de la casualidad. La autora en el instante de plasmarlos no lo ha hecho por accidente. Todo lo contrario. Antes de que el pincel se impregnara de rojo, azul o amarillo, la retina de esta artista-con mayúscula- que está llamada a ofrecernos grandes y satisfactorias sorpresas, ya tiene perfilado el resultado de su inspiración” porque se trata de “un colorido suave a pesar de que  en cada una de las piezas prevalecen los primarios” y  si prestan atención “no hay posibilidad de encontrar el calco, la clonación, ni siquiera la semejanza. Cada obra es portadora de un mensaje distinto, porque evidentemente, no fueron ejecutadas en la misma sesión, aunque si bajo idéntico ambiente de recogimiento y total entrega que invade el espacio que comprende el santuario en el que se convierte su estudio, cada vez que se introduce en el para entregarse en cuerpo y alma a su pasión favorita”.
  Y ya para finalizar, ARACIL, sentenció con acierto coincidente con quien esto escribe, “que estamos  ante una realidad que, a todos ustedes y cuantas personas a partir de hoy la  contemplen, pueden  ad. Y es que, para realizar estas obras que  testimonian una fuerza y vigor indiscutibles, aderezadas con una enorme dosis de sobriedad y sencillez, es preciso poseer las dotes que califican a la autora como a una artista consumada. Y BLANCA MOYA lo es”
  Termino el acto, con la proyección de un video-montaje de Santiago Moya, hermano de la artista, excelente fotógrafo,  basado en las obras expuestas.
  Y como ya es habitual, el casino, ofreció a los asistentes, un  exquisito lunch, que dio pie a los comentarios y corrillos en los que se puso de manifiesto la opinión generalizada de que la obra expuesta por BLANCA MOYA, es de una calidad y originalidad en el tratamiento de la siempre difícil técnica de la acuarela, que consagran a su autora como una de las mejores artista alicantinas en esa especialidad de la pintura.
  Carlos Bermejo

Alicante, 2 de marzo de 20 14.