jueves, 25 de diciembre de 2014

¡QUE NO CUNDA EL DESANIMO!


 Hoy me he levantado con ganas de escribir  en algo o de algo que no sea en la  tercera novela que tengo a medias, desde que hace dos años tome la decisión de que por un tiempo y dado que tengo más de mil cuadros en mis estudio de pintor, me iba a tomar un descanso en la pintura para retomar mi otra vocación: la de escritor.
 El lunes pasado, en su columna “El lobo feroz del diario EL MUNDO, Sánchez Dragó, decía en un artículo de opinión titulado “La mala punta (2)”, que “en Estados Unidos –aseguran las estadísticas-habrá dentro de tres años más escritores que lectores” y finalizaba diciendo: “No os apuréis, colegas. Borges vendió 13 ejemplares de su primer libro. Azorín dijo que vivir es ver volver. Vuelven, de hecho, los buenos tiempos. Escribiremos solo por el gozo de hacerlo, como antes, y no por la fama, la tele, los ligues, las ferias y el vil metal. Que se metan el IVA, los vampiros, los códigos, las zurras y las catedrales náuticas donde les quepan. Escritores somos. No vendemos libro. Los escribimos. Seguiremos haciéndolo. Es la hora de la vocación”.
Y si él, escritor consagrado, se queja, ¿que tendríamos que decir los que no tenemos ni la más remota posibilidad de consagrarnos? Pues está claro y él mismo nos da la respuesta en esos últimos párrafos del artículo citado: nosotros, los que como tú y yo, pintamos o escribimos y apenas vendemos un cuadro o algún libro, lo hacemos por auténtica vocación y lo vamos a seguir haciendo porque nos va en ello la vida, la moral y la autoestima y porque no hay mayor placer que el de crear. El sacar de la chistera de nuestra imaginación y de nuestros sueños, un cuadro de donde solo al comenzar habia un lienzo en blanco,  o una historia de un  folio que ni siquiera como tal existe, pues está hecho de la materia virtual de la pantalla de un ordenador, no tiene precio y, como alguien dijo del feliz meneo de la cola de un perro, no es posible comprar con dinero…
 Y si como decía mi madre cuando algo o alguien abundaba: “hay más que perros descalzos”, nosotros los que no vendemos ni vamos a ser nunca famosos, no tenemos que desanimarnos. Seguir pintando, fotografiando, esculpiendo o escribiendo, y moveremos la cola como el perro, cuando nos muestre la más ligera expresión de admiración hacia nuestra obra y de cariño a nuestra persona, aunque no nos compren nada.
Carlos Bermejo
Escripintor
Alicante 25 de diciembre de 2014. NAVIDAD