miércoles, 27 de abril de 2016

GEORGES DE LA TOUR, PINTOR BARROCO Y TENEBRISTA QUE ESTOS DIAS ILUMINA EL MUSEO DEL PRADO, SERÁ EL ARTISTA A ESTUDIAR EN LA TERTULIA DE LOS JUEVES DE MAÑANA EN NUESTRO CENTRO DE ARTE









El lorenés, Georges de La Tour (1593-1652), famoso en vida fue olvidado durante casi cuatro siglos para ser redescubierto en el siglo XX, tal cual le ocurrió al Greco en España hasta que fue entronizado de nuevo por Zuloaga  y Rusiñol quien compró y puso en órbita de nuevo numerosas obras del cretense, siendo famosa la procesión por la calles de Sitges con los cuadros adquiridos por escaso dinero, que instalo y allí siguen en su mansión de Cau Ferrat, residencia de Rusiñol y templo del modernismo del que para él, el  Greco  era símbolo.
  Influido por Caravaggio y por los tenebristas de la escuela de Utrecht,  fue el más famoso de los tenebristas barrocos  franceses del XVII. Hijo de tahonero y nieto de panadero se formó como pintor en Nancy, capital de la Lorena de entonces ducado independiente de Francia. Parece ser que viajó a Roma, y poco mas sobre su época de aprendizaje. Se sabe que matrimonió con la hija del tesorero del duque de Lorena y eso le abrió de par en par el acceso a los encargos y a la buena vida, que aprovechó para engendrar una caterva de hijos a los que enseñó a pintar junto   a un buen número de aprendices,  en su próspero taller. Sin embargo, la lucha entre Francia y Austria por el control de Lorena, dieron al traste con la prosperidad de la región y el pintor emigro a distintos lugares de Francia donde  volvió a prosperar hasta su muerte en Luneville. Olvidado tras su muerte, tuvieron que pasar cerca de cuatro siglos para que un avispado historiador de arte lo sacara de nuevo a la luz de la fama, en la que lleva instalado desde principios del siglo XX,  donde  está para quedarse pues la  calidad pictórica renace y sale a la luz y más si esa luz surge del más grande de los pintores en la técnica de la iluminación directa surgida de una vela, el fuego, una antorcha o cualquier otra forma de luz artificial, al contrario que en las obras de Caravaggio, en las que la luz no tenía más origen que la mente del maestro del tenebrismo.
 Hasta el 12 de junio, estos días se exhibe en Museo del Prado una de la más importante exposiciones del maestro, en la que no solo hay una excelente muestra de sus más famosos cuadros tenebristas por contracte de luces y sombras, sino otros muchos que nada tiene que envidiar a los más famosos pintores de su siglo.
 Mañana en la TERTULIA DE LOS JUEVES en nuestro CENTRO DE ARTE, abierta a no asociados, seguramente se entronizara al grande entre los grandes pintores del tenebrismo barroco francés.
Carlos Bermejo
Coordinado de talleres de la AAA
Alicante, 27 de abril de 2016