domingo, 11 de junio de 2017

INVITADO POR LA AGRUPACIÓN DE ACUARELISTAS VALENCIANOS, A LA QUE PERTENECE, LUIS SALA HIZO EN SU SEDE UNA DEMOSTRACIÓN DE PINTURA RÁPIDA EN LA QUE ES MAESTRO

 <EN EL CENTRO DEL ESTRADO, LUIS ES PRESENTADO POR  EL PRESIDENTE DE LA AGRUPACIÓN, JOSÉ GALAZO>
 <LUIS EN PLENA TAREA Y DANDO EXPLICACIONES DE LOS QUE ESTABA HACIENDO>
 <EL SECADOR, ARMA DE GRAN UTILIDAD PARA SECAR Y ARRASTRAR EL AGUA>
 <LUIS SALA, CON LA OBRA TERMNINADA EN TRANSCURSO DE UNAS POCAS HORAS>
 <LA OBRA  QUE TITULÓ "POR LOS TEJADOS DE VALENCIA">
 < LUIS CON UN AMIGO CASTELLONENSE>
 <CON PARTE DE LA JUNTA DIRECTIVA , EN LA PUERTA DE LA SEDE>

Invitado por la Junta Directiva de la  AGRUPACIÓN DE ACUARELISTAS VALENCIANOS, a la que pertenece, nuestro compañero LUIS SALA, hizo  ayer sábado en la sede de Valencia una demostración rápida de su técnica, ante el numeroso público que asistió Ciclo de Master Class  que con él se inicia, para ver la ejecución de uno de sus excelentes paisajes.
   LUIS, es uno de los grandes de la acuarela en la Comunidad Valenciana y el más rápido ejecutor en el arte de llevar  agua y el pigmento de color  al molino de su papel de gran formato. Y así lo demostró realizando una vista aérea de los tejados Valencia en tamaño de 153X46 en papel Bokingfotd de 300 gr. en menos que canta un gallo.

            LUIS SALA, UN  ANARQUISTA DE LA ACUARELA
   Luis Sala, es un maestro en la acuarela, que no sabe que lo es. Modesto como su currículum expositivo, Luis no va de nada y se sonroja si algún entusiasmado  degustador de su arte, le demuestra su admiración. Tímido y un tanto socarrón, se ríe de sí mismo “por lo bajines”, quizás pensando que lo que hace con la acuarela no tiene gran mérito. Este sentimiento es bastante consustancial, en aquellos que gozan del favor de los dioses y le han concedido el don de crear sin gran esfuerzo: se asombran del asombro que despiertan en los demás. Quizás en esto haya un tanto de inseguridad o duda en la valía de lo que hacen y eso los hace más humanos. Nos pasa a todos en mayor o menor grado. Al que no le pasa o es un genio egolatrizado, o un tonto ignorante.
  Luis no es ni lo uno ni lo otro, pero sí es, pese a sus posibles dudas, un gran acuarelista que viene a darnos una  clase magistral de cómo  trabaja la acuarela. Quizás hoy y por aquello de su natural timidez y la expectación despertada, no lo encontremos en su genuina salsa, como podríamos verlo en cualquier rincón de la geografía española; de su Castilla natal; de su querida Venecia o de la Plaza de Gabriel Miró, donde instala su caballete para pintar del natural. Yo si lo he visto en la Plaza o en mi jardín, y puedo asegurar que Luis, formado en las escuelas del maestro de Tibi, Rafael Sempere, de los grandes maestros en la técnica de la acuarela, por medio de los libros, y en sus visitas a museos y exposiciones, es un tanto anarquista sin ataduras a las leyes técnicas aprendidas de los maestros de su influencia: apenas dibuja; deja correr el agua para que arrastre el pigmento como en una inundación; luego la reconduce para darle apariencia formal y le rebaja el caudal con un trapo para las trasparencias y sfumatos; no se preocupa mucho de las líneas  y como buen anarquista no le importa que las torres de las Iglesias se le retuerzan tanto como sus  portadas barrocas, ni que los edificios tengan la apariencia de venirse abajo. Es de los pocos artistas que sabe introducir en el paisaje sin que chirríe, figura y elementos mecánicos como coches y trenes. Maneja el color con soltura  pero con elegante discreción; contracta con el blanco del papel y con sombras coloreadas, como buen impresionista. Trabaja en todo el soporte a la vez y milagrosamente el puzles se va componiendo, aunque intencionadamente deje alguna pieza sin encajar, logrando con ello una graciosa espontaneidad mitad premeditada mitad  fruto del azar. Como todo gran artista, especialmente los autodidactas como él, es intuitivo y la obra final es buena cuando a su criterio lo es.
  Luis no es un pintor profesional, en el sentido de que no vive de la pintura y si de  su profesión de Maestro Industrial con empresa eléctrica propia, por eso puede pintar lo que quiere, sin las ataduras comerciales que suelen encorsetar a los profesionales, en aquello que se vende. Sin embargo, sus colegas lo consideran uno de los suyos y es miembro de la Agrupación  de Acuarelistas Valencianos. Nosotros, estamos orgullosos de que sea consocio nuestro y por ello lo recibimos con el aplauso que como persona y artista se merece.
Carlos Bermejo
Coordinador de Talleres
Alicante, 27 de Mayo de 2010