viernes, 13 de diciembre de 2019

MARCELIANO SANTA MARÍA



CRÓNICA DE LA TERTULIA SOBRE MARCELIANO SANTA MARÍA (jueves 12 de diciembre de 2019)



 En la fría y desapacible tarde de ayer celebramos animadamente nuestra tertulia con más asistentes de lo que hacía prever el mal tiempo, que no animaba a salir de casa, pese a lo cual un grupo numeroso y animoso , amantes del arte, tuvimos la tertulia, que en esta ocasión, teníamos como artista para comentar y conocer, al burgalés Marceliano Santa María Sedano que nació el 18-06  1866 en la Ciudad de Burgos y falleció en Madrid el 12-10-1952, es decir con la edad de 86 años, longevo para aquella época, y que estuvo activo hasta el final.

 Fue un pintor academicista en principio y que evolucionó hacía el impresionismo.

 Su padre que era oribe (orfebre) y joyero, le e enseño el oficio y ya prendió en él la semilla del arte, alternando los estudios  de bachiller con los artísticos de la Academia de Dibujo.

 Fue en compañía de su tío Ángel Sedano Espiga, que era canónigo de la Catedral con quien se trasladó a Madrid en 1885, con el ánimo de asistir a las clases del Círculo de Bellas Artes, Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y al estudio del pintor Manuel Domínguez Sánchez,  que compartió  con Fernando Álvarez de Sotomayor y Eduardo Chicharro Agüera. En ese mismo año obtuvo el 2º Premio de la Exposición de Bellas Artes de Burgos. Y al año siguiente logra el primer premio (1866) con la obra “Brindando”.

 Tras la concesión de la 3ª Medalla en la exposición Nacional de Bellas Artes en 1890 con la obra “Misa Pontifical”, fue becado por la Diputación Provincial DE Burgos para ampliar estudios en Roma, donde estuvo durante cinco años y donde pintó su famoso lienzo “El triunfo de la Santa Cruz”.

 Regresó a Madrid e inició una nueva etapa de labor pedagógica, ejerciendo la docencia en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios  Artísticos, de la cual fue nombrado director en 1934, ocupando dicho cargo hasta su jubilación, así como en el Instituto de San Isidro.

 Desempeñó el cargo de Presidente de la Asociación de Pintores y Escultores, Presidente de Honor del Círculo de Bellas Artes y académico correspondiente en diversas Academias nacionales y extranjeras.

 Obtuvo la Medalla de 1ª Clase en la Exposición Nacional de 1910 con la obra “Angélica y Medoro”. En 1912 fue elegido miembro de la Real Academia de San Fernando cuando contaba 46 años de edad.

 En resumen, un buen pintor, con gran dominio del dibujo y que practicó todos los temas, retratista más academicista y paisajista más impresionista, por las obras que pudimos comentar en la tertulia, lo vimos un tanto irregular en la calidad de sus ejecuciones artísticas, sobresaliendo mucho más en los paisajes, con un estilo más suelto y más fuerza, nos llamaron especial atención aquellos paisajes donde había agua de algún río, donde conseguía unos reflejos de una belleza cautivadora.

 Es indudable, que tenía un gran oficio, pero que debido a que no viajó demasiado, ni fue a Paris, que era el epicentro del mundo del arte, a pesar de ser premiado y reconocido en su tierra, hoy es bastante desconocido para el gran público, salvo paisanos o visitantes asiduos de Burgos o estudiosos del arte, es decir su fama y prestigio es más local y puntual que general, como le pasa a tantos pintores de fama provincial repartidos por toda la geografía nacional.

 Pero nos dio pie a conocer a un estimable pintor y pasar un buen rato con los distintos comentarios de unos cuantos tertulianos.

 Pedro Ortiz