-ESCUDRIÑANDO MI VERDAD-
Hoy
me ha dado por meditar ¡qué le vamos a hacer!, no es que esté melancólico, sino
un tanto hastiado de tanta manipulación en el Arte. Pues pareciera que el
pensamiento se diluya. Motivo por el cual, hoy cojo la “pluma” y no el pincel
como es habitual en mí.
Al
igual que otros amantes y practicantes de Arte, pienso que nuestra labor
también debe ser crítica, formativa, informativa y orientativa. Y esta ha de
hacerse con fidelidad, con seriedad, con rigor y con profundidad. Para ello y
con el respeto debido a las individualidades de cada uno, trataré de clarificar
posturas que, a corto o medio plazo, beneficien al Arte y a sus hacedores. De
esta manera no solamente pretendo contribuir a la defensa de lo que entiendo
como los intereses legítimos de los artistas, sino también a su unión,
potenciación, desarrollo y engrandecimiento.
Llevo algún tiempo en que cada día, casi cada
hora, me sumerjo en un mar de dudas que van y vienen de forma insistente a mi mente,
pues me pregunto ¿Qué es Arte? ¿Qué estoy aportando a éste? ¿Estoy en el buen
camino? ¿A alguien le importa, aparte de la familia y amigos? ¿Qué ha podido
pasar para que desde hace algún tiempo las artes les interesan cada vez a menos
personas? ¿Estamos haciendo algo mal, o es que cada día cuentan menos esos
valores que nos han diferenciado de los animales? ¿Acaso nos estamos
convirtiendo en meras marionetas del poder, sin capacidad de pensar, de
discernir? De verdad que no lo sé, pero tan solo de pensar en ello me da miedo,
y ya no por mí, que también, sino por nuestros descendientes. ¿Es la esperanza
y el miedo, dos caras de la misma moneda que me impiden vivir el presente en
libertad?, o ¿Será la falta de valores, de diversa índole lo que está afectando
peligrosamente nuestra existencia?
Qué
pasa con la cultura para que la desorientación sea tan grande. Pareciera que no
hay ni un presente ni un horizonte claro, ni tan siquiera sé si tendría que
haberlo. Por lo que observo, podría deberse a que todas las actividades son
tratadas como Arte Mayor. Es un revoluto nada asumible, ni razonable, por lo
que estoy perplejo y lleno de dudas, ¡es desazonador! Creo que falta un análisis severo y
razonable. Motivo por el cual me he propuesto narrar en estos folios parte de
lo que conozco.
Como
es sabido, la pintura y la escultura son de todas las disciplinas artísticas,
las más manipuladas, ya que en ellas interfieren críticos, galeristas,
marchantes, curadores, profesores, algunos poderes públicos y muchos de los que
pintan. Por supuesto cada uno de ellos tiene unos intereses, que más veces de
lo que sería deseable, no suelen ser lo más loable para estas disciplinas, por
lo que, entiendo que entre todos están consiguiendo que mientras en las demás
artes, lo malo no perdura en el tiempo, en la pintura y la escultura sí, ¡pues
la han sumido en un caos! Pues así lo han querido y quieren, los antes
nombrados, que con su forma de proceder alientan, promueven y perpetúan lo
abominable, artísticamente hablando. La prueba de ello pueden verla ustedes en algunos
Museos, Fundaciones, Plazas Públicas, Ayuntamientos y Diputaciones.
El
Arte fue considerado desde la época griega, como la capacidad, habilidad y
técnica necesaria para hacer algo bien, ya sea con fines estéticos o expresivos.
Siendo consideradas como tal, principalmente, la pintura, la escultura, la
arquitectura, la literatura, la música y la danza. Pero también es usada para
referirse a otras disciplinas y actividades que requieran ciertas técnicas. No
obstante, tan solo voy a referirme a “La manifestación de la actividad humana
mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos
plásticos, lingüísticos o sonoros”, y más concretamente a las denominadas como
“Arte Mayor”, o “Artes Superiores”. Siendo designadas desde la antigüedad como
tales, aquellas que impresionaban a los sentidos más elevados, como son el oído
y la vista.
Una
vez concretado el significado de Arte, intentaré razonar, a mi forma de
entender, qué ha podido pasar para que el arte de la pintura o la escultura, de
la impresión que, les importe cada vez a menos personas. Pues es público y notorio
que hoy en día están desapareciendo las galerías de arte, y el interés de
adquisición de éstas ha descendido cuantitativa y cualitativamente. A mi modo
de ver, son varios los factores que han colaborado a ello, pero me centraré en
cuatro de ellos, y son: la educación, la confusión, la difusión, y ¡cómo no!,
el vil metal.
Pues
bien, pienso que no sería mucho pedir que, al terminar la Educación Segundaria
Obligatoria (ESO), todos los alumnos, tuviesen los conocimientos pictóricos y
escultóricos equivalentes a los que obtienen, por ejemplo, en literatura. Y si
nos referimos a la titulación universitaria en Bellas Artes, qué menos que al
terminar supiesen además de historia del arte, dibujar, pintar y esculpir
correctamente. Pues ahora tan solo saben hacerlo los que se interesan en ello,
y, por si fuera poco, éstos son vistos por muchos de los profesores y
compañeros como unos “apestados”. Posiblemente deben de pensar, ciertos
profesores, que ellos están para hacer de los alumnos, artistas. ¿Se imaginan ustedes
que un titulado en música, por un conservatorio, no supiese solfeo? ¿No,
verdad? Pues eso... ¿Cómo puede ser que algunos no sepan dibujar, pintar y
esculpir correctamente? ¡De ahí que, cualquiera que manche algún papel o
lienzo, o retuerza un trozo de metal, se considere un artista, o sea
considerado por ciertas personas como tal, haya pasado o no por la universidad!
Casi todos hoy en día sabemos leer y escribir, y no por ello nos consideramos
escritores. Además, creo que pintar o esculpir de forma excelente no significa
que seas un artista.
Para
abundar en el tema, les comentaré solo dos casos vividos por mí, aunque podría
contarles muchos más. En el mes de octubre del año 1993 estuve viendo en la
Sala Itinerante de Exposiciones, del famoso (M.O.M.A.) de Nueva York, la
muestra que en esos momentos se exhibía, se trataba de unas cuarenta o
cincuenta “obras”: Todos los lienzos eran iguales, con una imprimación de color
blanco, y nada más. El otro que voy a
comentar es la atrocidad que vi en los primeros meses del año 2011, aquí en
España, en una de las Salas de Exposiciones de un Museo de Bellas Artes, en la
misma estancia donde estaban colgadas obras de grandes artistas de siglos
pasados, se colocó un plinto, y encima de éste una urna de cristal o metacrilato
con una cabeza de cerdo en su interior, allí estuvo hasta su descomposición. ¿Esto
es Arte?
Pues
si a lo descrito le añadimos que, si se te ocurre hacer algún comentario
sincero al respecto, y te oye el autor o alguno de los listos de turno, enseguida
eres tachado de ignorante, seas quien seas, porque también me ha ocurrido a mí,
que pese a no ser licenciado ¡algo sé!, pues a lo largo de los años me he interesado
por aprender. Pienso que muchos de estos
falsos artistas, o los que yo llamo “Listos”, son en verdad unos embaucadores,
ellos son los que no entienden; o si lo entienden, peor aún. Deberían tener en
cuenta al respecto, lo que dijo D. Jacinto Benavente y Martínez “El artista que sólo pretende ser entendido
por los inteligentes corre el peligro de no ser tan admirado por éstos como por
los que quieren parecer inteligentes con admirarlo”.
Una
vez “puesto en verea”, voy a continuar analizando varios aspectos sobre el Arte
Pictórico y Escultórico, que a mi entender están dañando desde hace mucho
tiempo estos procedimientos artísticos, y como quiera que no se desinfla, como
cualquier otra burbuja especulativa, me veo “obligado” a hablar de ellos.
Empezaré
describiéndoles algo que les hará reflexionar: Son varias las ocasiones en las
que me he preguntado, cómo es posible que en el Museo de Bellas Artes Gavina,
en la capital de la provincia de Alicante, se exponga, se aliente y se tenga la
obra de cierto pintor, como el más destacado de los pintores de la provincia.
Para mí y para muchos, ese puesto lo deberían ocupar, por ejemplo, D. Joaquín
Agrasot y Juan (Orihuela 1836 – Valencia 1919), o D. Emilio Sala Francés (Alcoy
1850 – Madrid 1910), ambos con obra en el Museo de El Prado. Pues bien, en
privado muchos así lo reconocen, incluyendo a algunos pintores, historiadores y
críticos de arte, pero amigo, otra cosa es decirlo abiertamente, pareciera que
tienen miedo a su propia verdad.
No obstante, esto no solo ocurre con ciertos
pintores, sino también con escritores, si no como se puede entender que cierto
escritor, sea encumbrado y considerado lo que es…, en la provincia de Alicante,
y sin embargo “Azorín”, D. José Augusto Trinidad Martínez Ruiz, (Monóvar 1873 -
Madrid 1967), no lo sea, aunque su reconocimiento internacional sea machismo
mayor.
Pues
bien, creo que es evidente que hay otros intereses que hacen prestigiar a unos
por encima de otros, una vara de medir que no incluye, ni parece interesar, lo
que cada uno de ellos hayan aportado y engrandecido a la cultura.
Creo
que viene a colación, apuntar algo con respecto a la crítica. La crítica, se
podría definir como: “El análisis pormenorizado de algo y su valoración según
los criterios propios de la materia que se trate”. También, podríamos decir que
es: “El conjunto de opiniones o juicios que responden tras la comprensión y
análisis del asunto”, y que pueden resultar positivos o negativos. Por lo que
entiendo que, para emitir juicio de valor en la materia que sea, es preciso
tener en cuenta lo descrito, y además ser objetivo e imparcial.
Pues,
por mi experiencia, he de decir que no ocurre así en muchas ocasiones. Algunas
de las veces, el juicio está siendo ejercido por, (siendo benévolo)
malaconsejados del arte, algunos de ellos pintores o poetas malogrados,
“críticos”, etc. Al respecto voy a describir un caso, de los muchísimos que
podría narrar. Cierto día fui a ver una exposición, compuestas por obras de
esas que llaman semi-abstractas, y a las que yo denomino como, quiero y no
puedo. De no haberla visto y solo haber leído la presentación, páginas y
páginas que para el catálogo redactó D. Juan Manuel Bonet Planes (Escritor,
Crítico de Arte y Ex director del Museo Reina Sofía), hubiese pensado que las
obras bien podrían haber sido pintadas por el mismísimo Velázquez.
Pues
sí, cuando las cosas se hacen mal, ocurre lo que ocurre, y es que buena parte
de los que pintan hoy día, piensan que tienen aptitudes, cuando no tienen ni
oficio, (les convendría por lo menos, ojear el libro “La historia del Arte”,
escrito por D. Ernst Gombrich, pues les ayudaría a tener algo de conocimiento
de la historia del Arte. Porque está claro que no saben de sus carencias, ni
nadie con criterio les ha emitido un razonamiento verdadero. Por ello se creen
que son unos iluminados, y se agrupan, hablan y escriben acerca de lo que ni
saben, ni son capaces de hacer.
Igualmente hacen los que sí saben que son unos
negados, artísticamente hablando. Pero a estos no les importa, porque son muy
listos y saben muy bien que, “si se niega la evidencia con suficiente
constancia se terminará sembrando la duda, y ante ésta, la manipulación es
coser y cantar”. Para ello se inventarán mil patrañas con tal de hacer creer
que el arte de la pintura o la escultura, es como una ciencia, que necesita ser
entendida y comprendida; del mismo modo que si se tratase de física, química o
matemáticas.
Aún
hay más, estos sabelotodo, no se cortan y se autodefinen como creadores y
vanguardistas, y de una u otra forma van consiguiendo, ya sea con la pluma o
con la palabra, lo que son incapaces de crear con un lápiz, un pincel, o un
escoplo, etc., ya que carecen de valía artística.
Al respecto voy a hacer un inciso y
contar una anécdota que me ocurrió en Alcoy el año 2004, con motivo de una
exposición individual e itinerante que la Diputación de Alicante me había
organizado.
Estando una tarde en la sala de
exposiciones, entró una persona que con cierto detenimiento estaba viendo la
muestra, al cabo de un rato me acerque a él y tras identificarme, me contestó
que él era un artista plástico. Entonces le dije, mucho mejor, pues hay
detalles que a los que no saben pintar se les escapa. Acto seguido, le pregunté
qué le parecían mis obras, y su respuesta fue, “está bien, aunque esto son
copias, yo soy un creador”. Por su contestación me confirmó que estaba ante uno
de tantos iluminados, por lo que para no entrar al “trapo”, no le pregunté de
quién creía me había copiado, solo le dije: “emulándolo estará usted más cerca
de Dios”, y me marché antes de que pudiera responderme.
Presumiblemente,
esta persona sería uno de tantos narcisistas que se creen artistas, porque
hacen un video, una instalación, una preforma, o manchan algún lienzo, y luego
lo adorna con una jerga rebuscada, que pretende ser filosófica, para definir su
cosa.
Como
esta anécdota, tengo muchas, al igual que muchos de los pintores y escultores
realistas. Lo sé, porque me han contado varias de ellas. Una de las más
corrientes es cuando dicen respecto al realismo, “eso lo hacía yo antes, ahora he evolucionado”. No entienden, ni tan
siquiera, la diferencia entre evolución y cambio. Les contaré otra anécdota que
me ocurrió hace unos años. Cierto día en el que acompañaba en su inauguración a
un pintor, éste me presentó a un conocido suyo, y al oír mi nombre soltó “¡ah,
con que tú eres Saorin!, ¡pues eso que tú haces lo hacía yo cuando tenía
diecinueve años!” Posteriormente tuve conocimiento de que este pintor, había
reunido un conjunto de obras, que decía que había cambiado cuando estuvo en
Paris, con otros artistas. Éstas fueron expuestas en varios sitios, a “bombo y
platillo”; sin embargo, como no se puede engañar a todo el mundo durante todo
el tiempo, cuando las exhibió en una sala de exposiciones en Palma de Mallorca,
(según me contaron) un Juzgado, ordenó la destrucción de las mismas y ...
Pienso
que el problema reside en que no hay respeto, no miden sus palabras, su
“lengua” va por delante del intelecto. Por eso hoy día, cualquier mequetrefe,
artísticamente hablando, se apropia el derecho de “escupir” sobre la pintura
realista. Ignoran que el trapo con que limpian o han limpiado sus pinceles
muchos de los pintores realistas, a través de la historia, contiene más arte
que toda la bazofia, que muchos hoy día denominan como arte.
Al
respecto voy a comentar lo que en cierta ocasión manifestó la crítica de arte
mejicana, Dª. Avelina Lésper, sobre los “artistas V.I.P.”, “apuestan por lo conceptual, y su existencia
en el slogan. Están convencidos que lo importante de una obra es la idea, no la
realización de ésta. Contrariamente a lo que debería ser, pues en el Arte una
idea debería concluir en una evidencia que demuestre la validez de esa idea. El
artista en el proceso tiene muchas ideas, que elimina, evoluciona, corrige y
están dirigidas a la misma obra. No quieren entender que no están haciendo nada
innovador ni digno, solo están repitiendo un chiste malo, un adefesio, sin
gusto, sin rigor, y sin respeto por nada ni por nadie”. Entiendo que
tendrían que ser más humildes y más críticos con lo que hacen, al igual que
muchos de los grandes artistas de la historia, como por ejemplo (según cuentan) acerca
de D. Jean-Auguste-Dominique Ingres, poco antes de morir, teniendo ochenta
y seis años, se disponía a copiar un detalle de una obra de D. Giotto di
Bondone. Alguien preguntó por qué lo hacía, e Ingres contestó: “para aprender”.
Pero lo que nadie les puede negar es que son
unos formidables vendedores de humo, pues llevan más de cien años así. Son
capaces de ganar de una u otra forma las voluntades de los Poderes Oficiales, y
de esta forma, manipulan cuanto quieren. Dicho de otro modo, se arrogan la
capacidad de hacer creer a la sociedad que es innovador y bueno, lo que
verdaderamente no lo es.
En
definitiva, estas malas prácticas han convertido la crítica artística, (las
haga quien las haga), unas veces en algo poético y adulador cuando se refieren
a sus acólitos, y cuando no, en algo ruin e injurioso.
Ante
lo expuesto, ustedes se preguntarán, si esto es realmente verdad, tal y como
parece por lo antes relatado, por qué casi nadie dice nada. Pues muy fácil, ya
que estos innombrables son muchos y créanme, están en todas partes. ¿Acaso no
creen ustedes que la falta de preparación no puede inducir a una idea errónea?
Pienso que el trabajo, el esfuerzo, el ahondar más en el conocimiento, la sensibilidad
y el sentido común, es lo que consagra una meta de éxito en cualquier
disciplina, causa final de un trabajo exitoso.
Por
cuanto antecede, es lógico que la gente esté confundida, y cuando se encuentra
ante tales tomaduras de pelo, únicamente se atrevan a decir que no lo
entienden, que no la comprenden, les han auto-convencido que son unos
ignorantes espectadores.
Acepto
todas las ideas, pero no transijo con los que faltan a la verdad, entendiendo
que la verdad es la suma de todas nuestras verdades. Es evidente que alguna vez
todos nosotros nos habremos emocionado al escuchar una melodía cantada en inglés,
sin conocer ese idioma, o nos hemos maravillado con un soneto sin ser poetas, o
nos hemos deleitado con una música sinfónica sin saber solfeo. En contraposición
a esto, si usted se encontrase ante alguien que intentase convencerle, tras
degustar un buen filete de pollo y un buen chuletón de Ávila, de que, el filete
de pollo es la panacea del deleite gustativo y que el chuletón de Ávila era
poco menos que una carne totalmente insulsa, y para convencerle desplegase una
batería de argumentos tanto gastronómicos como médicos, ¿estaría usted
dispuesto a creerlo? Seguro que no. ¿Entonces, por qué muchos de ustedes están
dispuestos cuando hablamos de Arte, a anular sus propias ideas argumentando que
no entiende sobre esta cuestión? Convendrán entonces que el Arte no ha sido
realizado exclusivamente para entendidos, sino para todos, para que lo sintamos,
y en su caso, lo admiremos, para que nos deleitemos. No se compliquen, las
Bellas Artes han de ser, sobre todo, un bello espectáculo para los sentidos, y
si además son innovadoras, narradoras y con personalidad, mejor aún.
En
cuanto a la difusión, el considerado cuarto poder, el de la prensa, he de decir
que, de igual forma que los marchantes o comerciantes, los críticos y los
curadores, (aunque algunos sean honestos y consecuentes) todos ellos se mueven
por una serie de intereses, y no solo monetarios. Por ejemplo, ¿cómo si no,
podríamos entender que en la mayoría, por no decir en todos los museos mal
llamados de Arte Contemporáneo o Arte Moderno, en España, han excluido lo
figurativo? Digo mal llamados, porque el Arte Contemporáneo o Moderno, no
define nada, el arte puede ser realista, hiperrealista, naif, abstracto,
cubista, fauvista, etc., pero no hay ningún estilo que sea Contemporáneo o
Moderno. Tendría algún sentido el nombre de Contemporáneo, si aglutinaran las
obras de todas las tendencias, y que sus autores estuviesen vivos, pero Moderno,
¿qué quiere decir? Estarán conmigo en que hoy puede ser considerado moderno, lo
que mañana no. Sin embargo, esto no parece importar, y éstos son promocionados
y ensalzados por los que los han creado, los Poderes Públicos.
Ante
tales hechos ¿dónde está ese cuarto poder? ¿Dónde están esos profesionales? A
algunos periodistas se les llena la boca proclamando que desean una prensa
independiente, y luego se dejan llevar por una serie de intereses de diversa
índole, olvidándose de lo que, pienso, debería ser su principal premisa:
acercar a la sociedad las noticias de toda idiosincrasia, también opinando, pero
de forma ecuánime, es decir, sin dejarse llevar por la pasión, de la naturaleza
que sea, con precisión, claridad y objetividad.
Por
consiguiente, creo que los medios de comunicación que añoramos los ciudadanos,
deberían ser ejecutados por profesionales en cada una de las ramas del saber, y
no solo en alguna como ocurre ahora. Es decir, anhelo al igual que muchas otras
personas, una prensa cualificada que ponga en valor las Bellas Artes, como
antaño. Supongo que alguna vez habrán oído el siguiente refrán: “Se cosecha lo
que se siembra”; es decir, el resultado de cualquier tarea depende, casi
únicamente, de nuestro esfuerzo: Si siembras trabajo, recogerás éxitos. Si
siembras amor, recogerás felicidad. Si siembras vientos, recogerás tempestades.
En
definitiva, si quieres que algo ocurra, predisponlo todo para que suceda. ¿Que
están sembrando ahora inclinándose políticamente a un lado u otro, o hablando o
escribiendo, cada día y a cada hora, en todos los medios de comunicación, de
fútbol? Pues eso, recogeremos odio entre los partidarios de unos y otros partidos
políticos, y futboleros. (Tanto es así, que de no ser por las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado, probablemente se matarían los unos con los otros). ¿Se
imaginan que hablasen y escribieran de las Bellas Artes, tanto como de fútbol?
¿Qué es lo que trasciende de forma prominente en el tiempo, los deportes o las
Bellas Artes? ¿Podrían decirme qué deportes se practicaban entre mediados del
año mil quinientos a mediados del año mil seiscientos? Por poner un periodo de
tiempo, ¿no, verdad? Sin embargo, sí sabemos casi todos, que entre estos años
desarrollaron sus obras D. Miguel de Cervantes y D. Diego Velázquez.
No
quisiera dejar de hacerme eco en este escrito del mercado del arte, porque
amigos, los artistas no solo trabajan por amor al Arte. Aunque no voy a entrar
a fondo en esta cuestión, sí que daré unas “pinceladas”. Hace unos 30 años
aproximadamente, los galeristas de arte se quedaban de las obras que vendían un
25%, y el Estado un 6%, poco más o menos. Hoy en día, se quedan las galerías
alrededor de un 50 o un 70% y un 21% el Estado, en concepto de IVA. Además, el
autor una vez que es aceptado por estas galerías, (cosa que no es fácil, en
muchas de ellas) está condicionado a que haga una obra complaciente,
preferentemente de formato pequeño (porque es más fácil de vender), y
presentarlas bien enmarcadas. Y por supuesto es condición “sine qua non” que
pague el transporte de las obras, el catálogo, un artículo redactado por un
crítico (al que también tiene que pagar), así como la publicación de éste, en
un periódico de tirada nacional. Si tiene un representante o marchante también,
y por supuesto su desplazamiento, cuando menos, el día de la inauguración. Aún
hay más pagos, el alquiler o compra del estudio o taller, luz, agua,
materiales, etc., como comprenderán, además, como cualquier profesional tiene
que hacer sus declaraciones y demás gestiones administrativas.
Pero bueno, no quiero abrumar a nadie,
únicamente que se den cuenta por cuanto he descrito, que veo comprensible la
progresiva desaparición de las Galerías de Arte. Que a los críticos casi no se
les contrate, tampoco a los curadores, que los marchantes casi estén en el
olvido, y que no se publique ningún artículo, previo pago. Es decir, que se
vayan eliminando los costes que cada uno crea oportunos. Pues bien, por si a
todo cuanto antecede, se nos figurase poco, se le une la crisis económica, y
sobre todo, la que es más grave, la de los valores: ¡vamos el caos!
Bueno,
continuaré poniendo algunos puntos sobres las íes. Ahora me haré eco de lo que
está ocurriendo con algunos de los compañeros que aun exponen; también con los
certámenes de pintura y escultura.
Siempre
he creído que el Arte emerge de un misterio escondido en lo más profundo del
ser humano, y se genera a través del pensamiento. Sin embargo, hay gente que, a
pesar de ser inteligente e interesarse en él, nunca llegan a hacer Arte. Eso es
así, porque saber de arte es una cosa, pero hacer arte es otra muy distinta, a
la que muy pocos llegan. Pienso que pintar o esculpir correctamente es una
cosa, pero eso no significa que seas un artista; al igual que no lo es, en cual
otra actividad artística.
Con
muchísima frecuencia veo exposiciones de pintura y escultura, en la que sus
hacedores son unos negados. No obstante, distintas entidades les facilitan y
promocionan para que expongan, muchas veces en detrimento de otros, y siempre
en perjuicio de estas disciplinas, pues con su forma de proceder están
vulgarizando el Arte. Al respecto yo me pregunto ¿por qué lo hacen? No ven que
están creándoles unas perspectivas falsas, que están contribuyendo a que se
peguen el batacazo. Por qué no les indican de la forma menos hiriente, que
saber, (si es que saben) dibujar, esculpir o mezclar algunos colores, etc., no
es motivo suficiente para que se consideren pintores o escultores, y mucho
menos artistas, ¡como se creen muchos de ellos! Todos sabemos, unos más y otros
menos, leer y escribir, y no por ello pretendemos que se nos publique nada. De
verdad que no lo entiendo.
Luego
tenemos los concursos de Bellas Artes, que en España surgen con notable
espontaneidad. Sobre todo, están los certámenes de pintura rápida o también llamados concursos de pintura al aire libre, (casi en todas las poblaciones
hay uno al año). Concursos éstos, que más que potenciar el desarrollo del arte,
lo están convirtiendo en algo poco serio e intranscendente, permítanme el
símil, en una “charlotada”; sin paralelismo en ninguna de las otras artes. Al
menos, yo no tengo conocimiento que ninguna Entidad u Organismo Público, por
ejemplo, haya convocado a premio, cierto día y entre ciertas horas, a los
escritores o músicos, para que escriban una novela o compongan una sinfonía.
Mediante
este razonamiento, cuantos anteceden y precederán, anhelo poner en el lugar
donde creo que le corresponde al Arte. Que sirvan para hacer reflexionar, pues
he procurado hacerlos lo más veraces y constructivos, que he sabido.
Dicho
esto, ¡Sé que hay que ser tolerantes, pero no bobos! Hay que convivir con todo,
porque coral y heterogénea es la realidad. Pero eso sí, si hay que disentir,
hagámoslo con criterio, con firmeza, y siempre respetando a los demás.
Yo
soy de los convencidos que la verdad en el Arte, la encontraremos cuando
llevemos a la práctica lo expresado por D. Leonardo da Vinci “Una habitación reducida recoge el espíritu
del artista”. O como indicó D. Cennino Cennini “Tendrás tu taller donde ninguna persona te moleste, y que tenga una
sola ventana. Cerca de esta ventana colocarás tu pupitre como para escribir”.
De esta forma, encerrados en nuestro estudio, con nuestros cuadros, con
nuestros pinceles, es como creo firmemente, profundamente, que la pintura ha de
realizarse en el recogimiento del estudio. Pintando de esta manera, podremos
expresar nuestro pensamiento, que quedará reflejado en la obra en la que hemos
puesto toda nuestra alma, todo nuestro saber, toda nuestra emoción, toda nuestra
sinceridad.
No
obstante, ni que decir tiene que fuera del estudio se han realizado magnificas
obras, como pueden ser la de D. Carlos de Haes o la de D. Joaquín Sorolla,
entre otros muchos. Asimismo, se ha de tener en cuenta que todo artista que se
precie, ha tenido que pintar del natural, y en el exterior, para aprender a
dibujar y a captar su abanico cromático de colores.
Por
todo cuanto he indicado anteriormente, creo y proclamo que el artista debe ser
libre para expresarse, y hacerlo donde se halle su yo más interior.
Volviendo
a los certámenes de pintura rápida, o al aire libre. Pareciera que en éstos se
anduviese a lomos de la prisa, cuando la prisa la construimos nosotros, casi
siempre para nada. La prisa no es signo de belleza, ni de entidad, sino de
desinterés, de precipitación. No hay desolación más profunda que cuando nos
desinteresamos por algo, sin respetar los tiempos y su armonía, los cuales
conducen a la plenitud. Al correr rompemos la cadencia precisa, el ritmo de la
exactitud. Por ello os invito a reflexionar, y si así lo creéis, como yo lo
hago, no consintáis que el Arte se convierta en un espectáculo callejero, en
una Actuación Pública, colectiva.
Los
organizadores de éstos, probablemente, pretendan se haga Arte; y si, es
encomiable, que diversos estamentos o entidades públicas se interesen por el
Arte, pero sería plausible que lo hiciesen con conocimiento de causa. La
voluntad no basta, hay que conocer y entender, para hacer las cosas bien. Pues
no se puede respetar lo que no se conoce. Por ello, cuantos participáis en
estos certámenes, tan solo y en el mejor de los casos demostráis que tenéis
“oficio”; pero el resultado de vuestra actuación, si de Arte hablamos, es insulsa.
Pienso, y yo así lo hago, que no debemos colaborar en este pseudo arte, sin
identidad, sin fondo ni forma, ni nada.
Sé
que el Arte es plural, no excluyente, pero por encima de todo, como ya he mencionado,
es meditación y recogimiento, es sinceridad y es verdad. Y verdad es, cuando
nos muestra los tejidos internos del alma. Recuerden al respecto la bella frase del escritor, D. Jean Paúl Friedrich
Richter “Los espejos se emplean para verse la cara, el arte para verse el alma”.
Tengamos
siempre en cuenta la suerte del artista que lo es, por convicción. Éstos son
los únicos capaces de convertir su Arte en la máxima expresión del ser humano,
y lo logran siempre que se expresen de la única manera que es de verdad: desde
dentro hacia fuera, plasmando las raíces. Tengamos presente que, si se logra
pintar lo que has vivido, combinándolo con el presente, entonces el resultado
es único, pues habremos captado el presente de la memoria.
Por
lo tanto, no claudiquemos, hagamos un Arte sin dueño, sin que nadie nos mande,
sin temor a ofender a nadie, diciendo con nuestro Arte lo que pensamos. Hemos
de tener siempre en cuenta que el equilibrio lo encontraremos cuando premien o
adquieran lo que hacemos, y no cuando hagamos lo que se premia o adquiere.
También
deseo manifestar mi opinión respecto a la cuantía económica que llevan aparejada
los premios de pintura y escultura. Así como sus condicionantes.
En
España, en casi la totalidad de los certámenes es condición “sin quo non”,
varios aspectos, recogidos en las bases y que relato a continuación: Que las
obras no estén firmadas en el anverso. Que éstas no hayan sido premiadas en
otros certámenes, (a veces incluso que no hayan sido seleccionadas) y en
algunos casos, los menos, que hayan sido realizadas en el mismo año. El autor
por el mero hecho de presentarse acepta todos los condicionantes de las bases.
De ser distinguida su obra con algún premio, no solo se quedan con ella,
también renuncia a los derechos de autor, incluso en algunos certámenes está
obligado a firmar reproducciones de la obra. Y por supuesto, en el caso de ser
seleccionada, no se hacen responsables de los deterioros o pérdida de la misma,
incluso durante el tiempo que la tienen en depósito. Además, la cuantía
económica que asignan a cada uno de los premios, es en la mayoría de los casos
miserable. Tanto es así, que no permiten en el 99% de los casos, renunciar a la
cuantía económica asignada al premio, por poder conservar la propiedad de la
obra. De esta forma, seleccionan lo que mejor les conviene, o los que les gusta,
haciéndose acopio de obras, a precio de saldo. Es decir, se aprovechan de que
los autores necesitan para su currículo, de que en éstos consten estos mal
llamados “premios”. Vamos, repugnante; pero como dice el refrán, “esto son lentejas, si quieres las tomas y si
no las dejas”.
De
ahí que, ante bases tan leoninas, en los certámenes de pintura y escultura, no
se presenten los reconocidos, artísticamente hablando. Tal y como ocurre en
otras disciplinas artísticas.
Les
narraré una más de mis anécdotas, ya que viene a colación: Corría el año 1999,
cuando me presenté con la pintura a la acuarela (“Ginés se marchó”, de 175 X
135 cm.), al LXVI Salón de Otoño. Certamen organizado por la Asociación Española
de Pintores y Escultores, celebrado en el Centro Cultural Casa de Vacas, sito
en el Parque del Buen Retiro de Madrid. Sorprendentemente para mí, cierto día,
antes de la inauguración, recibo una llamada telefónica, de unos de los
componentes del Jurado, en la que me dice: “estamos fallando los premios del
Certamen, y te íbamos a conceder el premio “Fundación Amigos de Madrid”, pero
hemos leído la declaración jurada que has adjuntado a la cédula de inscripción,
en la que renuncias a la cuantía económica del premio por conservar la
propiedad de la obra. Como sabrás, no es posible que te concedamos el premio,
si no accedes a dejar la misma”. Al contestarle que en la anterior
convocatoria, la del año 1998, ya me habían dado ese premio, y que no estaba
dispuesto a desprenderme de otra de mis pinturas, debieron de quedar perplejos,
no asimilaban mi negativa. Por lo que intentaron que aceptase, diciéndome ¿de
verdad que no lo quieres? mira que el premio está dotado con un millón de
pesetas, lo que ahora son 6.000 €.
Como
dije en los primeros párrafos y en los sucesivos he intentado clarificar, el arte
de la pintura y la escultura es el más ingrato y manipulado de todas la Artes
Mayores. Es pisoteado hasta por algunos de sus hacedores. Pero lo más ingrato
es que, por muy bueno que llegues a ser, tienes que tener mucha suerte para que
se te reconozca en vida; quizás sea, porque según dicen "La muerte abre la
puerta de la fama y cierra la de la envidia"
También
he de decir, que no crean ustedes que a los artistas realistas, ya reconocidos
les sobra el dinero, que no, pues salvo poquísimas excepciones, (que pueden ser
en España no más de diez o quince) anualmente tienen menos ingresos que, por
ejemplo, el cocinero de un restaurante con cierto prestigio, o que un jugador
de fútbol de segunda B, etc. Vamos que apenas pueden vivir de su arte, por lo
que tienen que valerse de otros ingresos, como puede ser el impartir clases,
hacer cursillos, conferencias, demostraciones, etc.
Para
ir concluyendo les diré que, si en cuanto antecede y precede en este escrito,
me he valido, quizás, de demasiadas frases de personajes insignes, no ha sido
por considerarme un ilustrado, sino para dotar de mayor clarividencia a la
presente disertación. Igualmente, no
ignoro al tiempo que estoy redactando este escrito, que toda acción tiene una
reacción, y probablemente me ocurra lo que dijo Puck (Shakespeare) que era un
personaje en la comedia “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare
“Lo malo de decir lo que uno siente es
que muchas veces siente uno haberlo dicho”. Aunque espero que no me pase
eso a mí.
Lo
que sí ansío, es que nadie se sienta ofendido con estas opiniones, ya que no ha
sido ni es mi intención, y sí es, el haber contribuido a clarificar algunas
ideas que puedan servir para tener un conocimiento más personal sobre el Arte.
Entendiendo que lo más importante, como dije al principio, es el ser humano.
Por ello he querido poner “mi granito de arena”, para que no se dejen jamás
manipular al contemplar una pintura o una escultura. Fíese de lo que le
trasmita la obra que está viendo, escudriñe en ella, intente encontrar la
sensibilidad del artista, la fuerza de los sentimientos, el orden de la razón.
Intente encontrar en las obras el objeto final del Arte, que no es otro que el
mostrar los sentimientos más profundos del artista, haciendo visible lo que no
siempre lo es, y viceversa. En definitiva, déjense guiar de su instinto
natural, pero a un tiempo, tengan siempre presente que el buen Arte no es lo
que en sí representa, sino lo que despierta en nosotros. Las más altas
emociones en general no las trasmiten las obras de artistas verdaderamente más
acreditados; algo que como es sabido tan solo logran muy pocos, los que son de
verdad, los capaces de convertir su Arte en un ejercicio ilusionante, lleno de
gozo artístico, lleno de autenticidad. No olviden jamás que lo bueno permanece
en el tiempo, y que las modas tan solo son legítimas en las cosas menores, en
el Arte son abominables.
Permítanme
que les transmita un ruego: atrévanse a expresar sin ataduras su opinión; que
los manipuladores no cuenten con su silencio cómplice, no se acomplejen,
defiendan y disfruten hoy de su verdad. Tengan presente la certera expresión de
D. Mariano José de Larra “El corazón del
hombre necesita creer en algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades”.
Imperiosamente
creo que tenemos que ser más racionales, que el pensamiento y el intelecto
dominen nuestras acciones y omisiones. Para conseguirlo, diariamente hemos de
esforzarnos en ser mejores personas. De esta forma, también seremos en cualquiera
de las ramas del saber, mejores. Sin embargo, como es sabido, todo tiene un
“precio”, y hemos de estar dispuestos a pagarlo. Por analogía, me gusta
recordar el estribillo de la sevillana del grupo Ecos de las Marismas titulada “Tienes
que aprender”, que transcrito dice así: “Tienes
que aprender a perder y a querer, y también a sufrir, que perdiendo, queriendo
y sufriendo, se aprende a vivir”.
Para
concluir deseo que recuerden, que únicamente el hombre es capaz de apreciar el
Arte. Que éste ha sido hecho para ser sentido y admirado, para que sea una
fiesta, un deleite, un espectáculo para nuestros sentidos. Es más, tengan
presente que nos es útil e imprescindible como todo aquello que nos da
felicidad. Recuerden al respecto lo que señaló el escritor alemán, D. Jean Paúl
“El arte verdaderamente no es el pan, pero
sí el vino de la vida”.
JESÚS
LOZANO SAORIN
Elche
5 de septiembre de 2017