<NUESTRO PRESIDENTE ( en el centro de la foto) ENTREGÁNDOLE A JUAN JOSÉ ORTIZ, LA PLACA DE RECONOCIMIENTO>
<NUESTRO PÚBLICO, EL QUE NÚNCA FALTA A LAS INAUGURACIONES>
<EL COORDINADO DE EXPOSICIONES, MOSTRANDO UNA DE LAS GRANDES OBRAS EXHIBIDAS>
<LOS CORRILLOS CALENTANDO EL AMBIENTE CON EL VASO EN LA MANO>
Con una muy buena
asistencia de público, amigos y compañeros, en la tarde noche de hoy miércoles,
ha quedado inaugurado en nuestro Centro
de Arte el “IISALÓN DE LA COPIA”, en el que se exhiben cincuenta copias de obras de grandes maestros de todos los tiempos, realizadas
por cuarenta de nuestros artistas.
Presidió el acto
de inauguración nuestro Presidente JUAN ANTONIO POBLADOR, quien resalto fidelidad
de la mayoría de los cuadros a la obra original, con la natural diferencia
entre las copias, en función de la etapa de aprendizaje de cada artistas.
A continuación dio
la palabra a CARLOS BERMEJO, Coordinador de Exposiciones de la Asociación,
quien dijo:
“Queridos amigos y compañeros. Hace ahora un año que
inauguramos en la sede de Maisonnave, el primer Salón de la Copia. Hoy que lo
hacemos del segundo, quiero reiterar o mejor, repetir las mismas palabras que
entonces dije, porque no he cambiado y opino lo mismo:
Ya sé que a
algún purista, le puede resultar insólita una exposición así. Porque copiar no
es crear, ya lo sé: es reproducir los más fiel
posible lo creado por otro. Y cuanto mayor sea la exactitud entre lo copiado y la copia, mayor será el
éxito del copista, porque la recreación,
que algunos practican, es otra cosa y no es objeto de este Salón. Por eso, a
los que tienen el prurito de ser
plenamente originales en sus obras, les
parecerá una aberración la exposición pública de unos trabajos en los que,
aparentemente, no hay nada creativo.
Pero no es igual la copia que realiza un trabajador estajanovista de los diez
mil que en plan industrial se dedica a ello en la famosa ciudad China de los
pintores, que la que, casi todos, hemos hecho al comienzo de nuestro aprendizaje,
para, practicando, adentrarnos en los secretos técnicos de los grandes maestros, y luego poder
realizar con la técnica aprendida de ellos, nuestras propias obras. Nosotros,
lo que hemos tenido por maestros al Greco, a
Velázquez, a Zurbarán, a Vermerr,
a Sorolla o a algún impresionista francés, y de ellos hemos
aprendido a mezclar el color a la
búsqueda de ese tono que no se encuentra
en los tubos; del Greco la espiritualidad que se desprende de los rostros y los
cuerpos alargados por su estilo manierista; de
Zurbarán a sacar luz de la oscuridad como se dice en el Génesis de la
creación; a lograr, (nunca plenamente),
esos sfumatos con los que Velázquez le
hace girar a la rueda de la hilandera;
de Vermerr a componer una escena
de interior y que de la sensación de que uno está dentro; de Sorolla a hacer reverberar la luz del sol sobre el horizonte marítimo en
la lejanía; de Monet a hacerle vibrar al paisaje con los toques yuxtapuestos de los colores
complementarios. Nosotros, digo, que hemos sido discípulos de esos grandes
maestros de todos los tiempos, que a su vez fueron discípulos de otros, a los
que también copiaron, guardamos con unción esas copias y las mostramos hoy
aquí, para decir con orgullo de dónde venimos. Que no tenemos nada que ocultar.
Que pregonamos el nombre de nuestros maestros, y no escodemos su influencia en
nuestra obra actual, mientras que vemos la
copia oculta que subyace en algunas obras de los que se dicen plenamente
originales, cuando eso es imposible, pues como siempre digo, todos venimos de
alguien, tanto en el arte como en la vida.
Por eso. Por todo
eso, yo no me voy a avergonzar nunca de haber sido anónimo discípulo, cien,
doscientos o trescientos años después, de esos grandes de la pintura. Aunque
ellos, vaya usted a saber, si pudieran avergonzarse de tener un discípulo como yo.
Muchas gracias.”
Terminada su
alocución, volvió a tomar la palabra nuestro Presidente, quien señaló la presencia
entre el público de JUAN JOSÉ ORTIZ DE SARACHO, Director de la sucursal de la
Avda. de Oscar Esplá, de LA CAIXA, al que le rogó que subiera al estrado, para
hacerle entrega de una PLACA DE RECONOCIMIENTO hacia él y hacia la entidad a la
que representa, por el apoyo económico
prestado a nuestra Asociación por la Obra Social y por la Oficina que él dirige. Recogida la
Placa, que agradeció efusivamente en nombre de LA CAIXA y en el suyo, se ofreció para seguir colaborando
en el futuro en la labor cultural que lleva acabo la Asociación. Finalizadas
sus palabras que fueron recibidas con agrado por los asociados y por el público
asistente, se sirvió el tradicional piscolabis
de coca, jamón y vino blanco fresquito, aportado económicamente por los
artistas que exponen, lo que dió pie a
los clásicos corrillos en los que se comentaron las excelencias de las obras
expuesta, pues no hay mejor manera de propiciar
la crítica benevolente, que la de calentar los ánimos de “los críticos” dándoles
de comer y beber.
Carlos Bermejo
Alicante, 16 de enero de 2013