En la tarde de hoy miércoles, he impartido en nuestro
CENTRO DE ARTE mi conferencia “CARLOS DE HAES: UN BELGA EN LA CORTE DEL REY
VELAZQUEZ”, en ella he dado un repaso
divulgativo sobre la vida y la obra del pintor hispano-belga, creador del
paisaje moderno en la España de mediados del siglo XIX, desde su catedra en la
especialidad de la Escuela Superior de Pintura en Madrid, donde fue maestro de
los grandes paisajista españoles del final de siglo y principios del XX, entre
ellos Aureliano de Beruete, Regoyos, Sainz, Riancho, Monleon, Lhardi, Avedaño, Campuzano,
Entrada y Jaime Morera
Triunfador en
vida, a su muerte fue olvidado por tomar el paisaje los derroteros del
impresionismo. Sin embargo, su obra, parte de la cual se exhibe en el Prado,
fue a todos los efectos precursora de la tendencia impresionista francesa.
Pasados cincuenta
años desde su muerte, la pintura de Haes, no concordaba con ninguno de los
istmos imperantes en Europa, y los críticos de su tiempo lo marginaron en su
valoración. En 1944, Bernardino de Pantorba, el gran crítico y divulgador artististica, escribió de Haes:
“A este ilustre paisajista del
siglo XIX, belga de nacimiento, español de adopción, no se le debe tratar con
el menosprecio con el que cierta critica lo ha hecho. No es Haes, por supuesto,
el único pintor zaherido o desdeñado por los incompetentes juzgadores de las
cosas artísticas, hoy tan numerosos. Son muchos, con él, los que se hallan a
merced del agravio y expuestos al desprecio de unos señores llamados críticos,
que no escriben sino para manifestar su
ignorancia”
Como siempre, la crítica se
decantaba por la modernidad, por lo nuevo, por la progresía (palabra esta,
quizá desconocida entonces) pero que implicaba como ahora, el gusto por imponer
su mal gusto, a los intereses de los galeristas que les pagaban, que a su vez
se esmeraban como se esmeran hoy, en imponer
su criterio estrictamente comercial para los interese de su “cuadra de
artistas”, el gusto del público no entendido, entre los que abundan los políticos
a los que asesoran y les venden la bazofia de cierto seudoarte llamado
vanguardista y, sobre todo progresista, para llenar con ella los museos de
arte contemporáneo, que han surgido en
todas las provincias y hasta en algunos pueblos
de España, dejando al margen y casi abandonados los llamados Museos
Provinciales. Esos museos en los que aún se pueden ver muchos de los bocetos de
Haes, en depósito del Prado disperso, que hacen las delicias del visitante
ocasional cuando los descubren en un rincón, tan frescos y tan reales, como
cuando fueron pintados hace ya más
ciento cincuenta años. Porque la buena pintura, la que le habla al
espíritu sensible, sin necesidad de que venga el artistas moderno o el crítico
que le arropa, a explicarte el significado de lo que estás viendo, no morirá
nunca, mientras existan pintores como Carlos de Haes, el maestro del paisajismo
español.
Carlos Bermejo
Alicante, 13 de marzo de 2013