CRÓNICA ABREVIADA DE LA TERTULIA DEL JUEVES 23 DE
ENERO DE 2020
En la fría tarde de ayer , tratamos y
debatimos sobre el pintor estadounidense Edward Hopper que nació en Nyack 1882-
y falleció en Nueva York en 1967), en principio se dedicó a la ilustración y al
grabado hasta 1920 porque no podía vivir
de la pintura. Fue a partir de mediados de esa década cuando se casa con la
pintora Josephine Nivison y comienza a dedicarse exclusivamente a pintar, fue
su mujer la que gestionó sus asuntos y su vida y hubo cierta competición entre
ellos, ella sería su única modelo, y la que tras el fallecimiento de su marido
en 1967 legó su extensa producción al
Museo Whitney de Nueva York.
Está considerado como uno de los máximos representantes del realismo
estadounidense, sus obras se caracterizan por la simplicidad geométrica y por
el tratamiento de los personajes, paralizados y aislados en el paisaje urbano.
A él no le interese un realismo mimético sino más bien el efecto de luces y
sombras, acentuado con unas geometrías de una perspectiva irreprochable, era un
gran dibujante, todo puesto al servicio de una idea que no era otra que
trasmitir la soledad del individuo en un mundo moderno, el aislamiento personal
que se vivía en las ciudades americanas y en general de las personas y sus
problemas frente a la sociedad moderna, y eso lo supo captar de manera
magistral, y es lo que le confiere una personalidad inconfundible a sus obras.
Aunque realizó varios viajes a Europa no se dejó influenciar por las vanguardias
en boga como el cubismo de Braque o de Picasso, sino más bien le interesó
Velázquez, Goya y los franceses como Daumier y Manet, los cuales acabaron de
configurar un realismo muy personal al que Hopper se mantuvo fiel a lo largo de
su carrera. Aunque él dijo que la única influencia que había tenido como pintor
era él mismo.
En fin podríamos decir que fue el pintor de la
soledad y de la incomunicación.
La tertulia estuvo muy animada y fue muy amena
con bastantes intervenciones de distintos contertulios que ofrecieron sus
distintos puntos de vista, para el regocijo y divertimento de todos los
asistentes.
Pedro Ortiz