<RAMÓN RODRÍGUEZ PRESENTANDO A GONZALO SAAVEDRA>
<GONZALO DURANTE SU CHIRIGÓTICA ALOCUCIÓN>
<FOTO DE FAMILIA>
<EL LUCH DEL CASINO A LOS ASISTENTES>
<TRIO DE ASES EN LA SALA CULTURAL DEL CASINO, GONZALO, PEDRO ORTIZ Y RAMÓN><LAS OBRAS DE GONZALO DAN EN QUE PENSAR Y A LA VEZ SON PIEZAS HUMORÍSTICAS DE VALOR ARTÍSTICO DE EXTREMA ORIGINALIDAD>
<ALGUNAS DE LAS OBRAS EXPUESTAS>
<LOS NUESTROS, EN MAYORÍA, ESCUCHANDO A RAMÓN RODRÍGUEZ>
El pasado miércoles, nuestro querido compañero
GONZALO SAAVEDRA, inauguró en la sala de exposiciones del Casino Mediterráneo
de Alicante, una exposición en la que exhibe
una treintena de sus originales y satíricas obras que presentó con el título “A
MI MANERA”, a semejanza intencionada de la inolvidable canción que popularizó Frank
Sinatra
Y asi pinta nuestro GONZALO, a su manera y en estilo chirigótico enraizado en las comparsas
de los carnavales del Cádiz más genuino, en las que humor y
crítica social van de la mano, para
transmitirnos su mensaje, unas veces subliminal y otras explícito y de fácil lectura, por tratarse de
personajes de la farándula, de la copla y del famoseo de la telebasura,
grotescamente retratados con la retranca irónica e inteligente con la que se expresa nuestro
compañero.
Y para presentarlo estuvo RAMÓN RODRIGUEZ, nadie mejor que él pues se trata de nuestro viñetista
del boletín y genial maestro del dibujo humorístico,
además de poseer una erudición artística enciclopédica
“No
resulta nada fácil el presentar sin caer en desmedidos elogios por mor del
afecto y la admiración de este amigo, compañero de la ASOCIACIÓN DE ARTISTAS
ALICANTINOS y procuraré ser lo más breve y comedido que me sea posible
comentando su obra.
Este mocetón de aspecto noblote que
surgió del Sur con la alegría andaluza en su alma y la gracia del arte en sus
manos, nos ofrece hoy sus últimos trabajos.
Sus principios no fueron en la pintura
como podría pensarse. Cuenta su biografía que, en una juventud no muy lejana,
su profesión -quizá para algunos desconocida- le llevó por toda Europa como
maestro indiscutible y consagrado en el difícil campo del estilismo y la
peluquería por los más prestigiosos salones de Londres y otras capitales. Pero
cierto día aparcó el peine y el secador, los tintes y las lacas y tomó los
pinceles y los lienzos para navegar hacia un horizonte nuevo en el proceloso
mundo del color y la fantasía, descubriéndonos un Gonzalo inédito, atrevido y
audaz, lejos de todo prejuicio y normas estéticas establecidas, con una
transgresión constante de la ortodoxia pictórica convencional, lo que le da
énfasis a su peculiar estilo. Personajes pintorescos, envueltos en orgías de color
que rozan el FAUVISMO y un casi EXPRESIONISMO, difícil de calibrar. Vicetiples
decadentes, obispos que tocan la trompeta en una aparente irreverencia;
guardias civiles con zambombas en estampas surrealistas sobre escenarios
absurdos que parecen estar pintados en noches de vinos y rosas. Seres
increíbles en un mundo fantasmagórico no carente de delicadeza.
Tus cuadros huelen a pueblo, amigo
Gonzalo. Pueblos tristes como las procesiones; de aquellas corridas de toros
pueblerinas de plazas con barreras de rueda de carros y tablones de andamio y
suelo desyerbado, con toreros que no son toreros, diestros de barraca de feria
con trajes de luces alquilados en tardes de vaquillas.
Imágenes felices de un mercado muy
lejano. Ir y venir, en tus cuadros, de gentes por toda la plaza. Estampa
barroca de rapaces de pantalones remendados con tirantes, envueltos entre la
levedad de la luz y la pastosidad de las sombras violetas, y todo ello, lleno
de encanto que brota de tu pincel. La plaza de ese pueblo que siempre se piensa
cuando contemplamos ese cuento de tu memoria, con el labrador con su mula
llevando su carga de aceituna en las alforjas. Imagen de bucólica poesía,
querido Gonzalo.
Tardes de olvidados domingos en los que
los viejos de aquel tiempo de pantalón de pana, pellizas y bufandas y de eterna
colilla apagada entre los labios y la mirada perdida, consumían sus horas de
soledad ante un vaso en interminable partida de cartas de taberna de toneles
rojizos que huelen a vino y aguardiente y techos amarilleados por el tabaco.
Cada vaso era una historia y una confidencia; cada bocanada del humo del
cigarro era un suspiro y cada trago, un ahogo de desesperanzas en aquel mundo
olvidado...
Cada cuadro tuyo, admirado Gonzalo, nos
cuenta una escena escapada del tiempo, cada mirada de tus personajes, un
interrogante y cada pincelada suena a un rasgueo de guitarra...Viento del Sur
se respira cuenco contemplamos tu obra. Folklóricas, políticos, gente de la
farándula, son tratados por tu pincel con ternura y cariño respetuoso. Tal vez
apreciamos, sin tú darte cuenta, influencias de MARC CHAGALL de un SOLANA o la
ingenuidad de ROUSSEAU el ADUANERO.
Tu obra no necesita firma, querido
artista, tu estilo es inconfundible. Algún día, el poseer una obra de GONZALO
SAAVEDRA será todo un lujo.
Sigue así, buen amigo, y ojalá que te
vaya bonito. Ahí va el aplauso de todos nosotros y gracias por vuestra
asistencia y atención y no dejes nunca de pintar “A TU MANERA”.
Tras esa excelente disertación de Ramón,
GONZALO respondió con su habitual gracejo de gaditano, que es para oírlo más
que para leerlo:
Empezó
saludando a los presentes y dando las gracias a la dirección del casino por
permitirle exponer sus cuadros en tan preciosa sala y agradeciendo a los compañeros
y amigos que se habían desplazado, a prisa y corriendo, desde la Asociación de
Artistas Alicantinos, donde un hora antes se habia inaugurado otra exposición.
Para
seguir diciendo: “como hemos podido apreciar, mi gran amigo Ramón Rodríguez, me
ha presentado con la maestría que le caracteriza. En este sentido, tengo que
decir que nadie había hablado tan bien sobre mi persona, excepto mi abuela.
Este gran amigo mío, destaca por su
destreza en el dibujo y tiene archivados verdaderas maravillas como obras
propias.
Con el nombre de “A mi manera”, he
querido presentar esta exposición por la variedad de temas y técnicas empleadas
en mi obra. Para entenderla, hay que retroceder a mi infancia, en Jimena de la
Frontera (Cádiz), donde comencé a trabajar de aprendiz de barbero por las
tardes/noches, tras finalizar los estudios en la escuela. En este período de
aprendiz en tres barberías, traté a muchos personales del toreo, del cante, del
toque de guitarra y algún que otro poeta. Estos personajes fueron muy
divertidos y me aportaron mucha sabiduría y sentido del humor.
Más tarde, cambié de profesión y
estuve en Madrid aprendiendo el oficio de la peluquería de señoras, y a los
diecinueve años me marché a Londres, donde obtuve grandes satisfacciones
gracias a esta profesión. Tras doce años allí, la ciudad de Alicante me cautivó
y me establecí con mi propia peluquería, en la cual he ejercido hasta mi
jubilación.
Toda esta historia, ha influido y
sigue influyendo notablemente en la forma de pintar mis cuadros, en los que
procuro aplicar claves de humor. En este sentido, tengo que mencionar un cuadro
en especial, situado a mi derecha, en el que hay una farmacia con un escaparate
en la que ofertan “viagra al 50%” y una cola de personas que intentan comprar
el producto. Si esto llegara a oídos del colegio de farmacéuticos, se darían
cuenta de que un interesante producto unido a un buen precio, podría ser un
buen negocio. De esta forma, todos saldríamos beneficiados.
De la pintura, prácticamente no se
vive, pero sí se puede reír uno, y mucho...Muchas gracias por escucharme.”
Finalizada la presentación del acto, el casino
ofreció su habitual y exquisito lunch a los asistentes, mientras que nuestra
compañera ANA HIDALGO, tomaba instantáneas del amigable ambiente que se daba
entre los compañeros y amigos que habían acudido para arropar al artista en el
acto de inauguración.
Carlos
Bermejo
Comentarista
de la AAA,
Alicante,
18 de septiembre de 2015