EPÍTOME DE LA OBRA FOTOGRAFICA DE TONI MAGRO
Por RAMÓN PALMERAL
Toni Magro o Toni Maor como también se hace llamar, es un artista que usa el medio de la fotografía como una forma de expresión onírica, y a la vez, plástica; es decir, que aúna materiales fotográficos diferentes y con gran maestría y oficio materializa en otra fotografía el resultado de su imbricados y afortunados “collages” y recortes imaginativos.
En la exposición que tuve la fortuna de ver ayer tarde día 16 de septiembre en el Centro de Arte de la Asociación de Artistas Alicantinos, me dejó una impronta digna de ser comentada aquí a ahora a vuela pluma de expresión escrita. En un ejercicio de comentario intencionado para hacer patente con la palabra escrita el difícil comentario de un sueño. Puesto que esta mañana al levantarme no sabía si lo de ayer fue un sueño mío o la realidad. Pero la consultar el blog de la Asociación que con tanta prontitud y aceleración lleva mi amigo Carlos Bermejo (que por cierto hizo una presentación muy acertada) veo que fue cierta y real mi salida de ayer tarde al mundo de la fantasía.
Como el propio Toni dijo en su breve discurso de presentación y donde citó a Calderón de la Barca (siempre tuve la curiosidad de saber qué tipo de velero tenía este Calderón) leyó los versos: “Que toda la vida es sueño/ y los sueños, sueños son”. Y es cierto, porque de no haber sido cierto la inmortal obra “La vida es sueño” no hubiese o hubiera tenido proyección en el tiempo y en el espacio lírico de nuestras vidas inciertas, o en esa foto de Toni donde nos muestra a un hombre de espalda al final de una carretera en medio de las nubes, después de haber cruzado un paso de cebra.
Estas 55 fotografías que Toni nos muestra como sacadas con alicates de acero de si imaginación, son en realidad sueños puestos de pie, onirismo levanto a las 3 de la mañana, plegados en sus propio sueños, donde formas y presencias espectrales, fantasmales se abrazan. La obra de Magro o Maor son manantial de un mundo intelectual y surrealista propio, y a la vez, de un artista con una capacidad de exponernos imágenes inalcanzables, poco común, en nuestra realidad cotidiana, porque son paisajes imposibles dotados de gran belleza, o sea una forma de “intelectualismo”.
Las 55 fotografías que presenta son todas de una factura impresionante, en blanco y negro como son las fotos que quieren dejar hullas indelebles en el arte de la imagen de prensa, la excepción son dos fotos de un metro y setenta centímetros. Al conjunto de la muestra le llamaría yo surrealismo blanco, un surrealismo inocente, donde la mayoría de las figuras aparecen de espalda, alguna son desnudos femeninos, otros seres solitarios y otros colectivos y con repeticiones de los locos caballos al galope, o pasarelas como los laberintos verticales del holandés Escher (1898-1972) que son repetitivos y no tiene ni principio ni fin, La pasarelas volantes son propias de Toni Magro. A mi parecer también tiene influencias de Man Ray o de Rodney Smith, seguidores del surrealismo fotográfico que tiene continuación del dadaísmo. Las técnicas de los antiguos son varias como el rayograma, el chadrografias de Christina Schad y los fotogramas de Moholy-Nagy, y la pintura de Magritte y los surrealista que son infinitos.
Ayer tarde tuvo oportunidad de entrevistarme con Toni Magro, antes de la inauguración. Me dijo que su inspiración se basa en el automatismo, en el encuentro de una idea que luego materializa a través de la fotografía, con tratamiento de Photoshop que le permite manipular las imágenes a su antojo. Y que en cabeza siempre le está rondando alguna idea por cazar. Y aquí reside la labor del artista experimentado, la de ser capaz de materializar, bien en formas de fotografía, cuadros, esculturas u otros medios la idea primigenia emanada, porque una idea o, en el caso de Toni Maor son sus sueños, por es cierto que la vida es sueño e ilusión.
Somos ilusiones espaciales, escaleras mecánicas por todas partes, muros, pasarelas, obras, agua, fuentes, calles solitarios... y vivimos en un impresionante juego de perspectivas, las leyes físicas parecen vencidas. Todo edificio fue planificado en papel antes de ser construido. La realidad es manipulada por las apariencia de lo que no somos, y detrás de nuestra fachada siempre hay una artista cazas de denunciar la falsedad de la realidad visible a través de otra realidad, a veces, invisible o sugerida. Porque detrás de estas 55 fotografía existe un mensaje subliminar que nos dice algo y que nosotros no alcanzamos a descifrar.
Como no quiero extenderme más, os digo que ver esta exposición es un goce para los
sentidos y el espíritu, no se la pierdan, no es común este tipo de fotografías
verlos en Alicante, pues seguro que, aquellos llamados por la sensibilidad
artística, sentirán un chispazo y una emoción única.
Para disfrutar como yo hay que verla “in situ”,
foto a foto, paso a paso, y asombro tras asombro.
Ramón Fernández
Palmeral
Pintor, escritor.