<JOAQUÍN SANTO MATAS, CRÍTICO DE ARTE, HISTORIADOR Y ACADÉMICO>
.Heurística en el intelecto del artista
Por JOAQUÍN SANTO MATAS
No
puedo desligar la figura de Ramón Fernández pintor, de la de Miguel Hernández
poeta. Hasta su nombre artístico ‘Palmeral’ me recuerda al excelso escritor
oriolano –“Alto soy de mirar a las palmeras”-, inicio de su Silbo de afirmación en la aldea que resulta una exaltación de la
tierra natal agraria y ganadera frente a la masificación impersonal del Madrid
de comienzos de los años 30 de la pasada centuria que se inhibió de su primer
libro y rióse de su aspecto labriego, revestido con alpargatas y pantalón de
pana.
Así,
enlazo con dos cuadros hernandianos de su actual tendencia plástica y
conceptual que ha definido como ‘Intelectualismo’: Peritoenlunas y Las
alpargatas del poeta. En ambos quedan bien patentes los derroteros por los
que camina la pintura de Palmeral, aplicando la heurística como arte del
descubrimiento a través de técnicas indagatorias donde el intelecto sirve para
plasmar sobre el lienzo sus propias memorias, sin necesidad de copiar del
natural.
Por
ello, estas obras poseen una profunda carga onírica plena de simbolismos donde
se atisban trazas cubistas, geometrismos y combinaciones de figuración con
abstracción, en la línea del Palmeral ensayista que deduce la simbología
secreta de Perito en lunas y muestra la desnudez material compungida y calzada
de alpargatas de quien, como Machado, marchó ligero de equipaje.
La
colección inmersa en este Intelectualismo nos trae también una seductora y a
menudo lujuriosa presencia femenina, arabescos de Al-Ándalus y muchos guiños a
su Alicante de adopción, traspasado de Mediterráneo en palabras de Gabriel Miró
y de cuya luz y talante asume colores vivos, rojos y verdes como los tomates de
la huerta que aparecen al pie de estos óleos de inspiración lucentina que
definen un estilo personal, una culminación a una trayectoria que seguro
buscará nuevas tendencias.
Si
existe un movimiento filosófico llamado intelectualismo socrático, al fin y al
cabo, parafraseando al gran sabio heleno que vivió y murió pobre como tantos de
los grandes, sólo sabemos que no sabemos nada pero intentamos que esa nada sea
inferior a lo pretencioso circundante
Y
Dios dirá, que está siempre callado.
JOAQUÍN
SANTO MATAS
Crítico
de arte. Historiador. Académico.
<(a la derecha ) PEPA HERRERO, CON FRANCHI, LOLES Y RAMÓN)
¿QUÉ
PINTAN LOS POETAS...?
Pepa Herrero
A veces pintan poesía, a veces sus fértiles mentes, llevan a otras esferas a estos cerebros privilegiados y en sus fantasías, son capaces de transportarnos hasta paisajes abiertos a los corazones y a veces casi imposibles para el entendimiento.
Cuando las generaciones futuras, traten de hacer una apología de este artista, es posible, que no sean capaces de encontrar el nexo de unión entre poesía, pintura, e interior de su mente. Es posible que pasado mucho tiempo, sea presentado cómo "el gran maestro" de una época. Y las nuevas escuelas, recuerden al "Séneca del siglo XXI" en todos sus trabajos, podrán ver cómo se esforzó en dar al futuro mundo, algo que los demás coetáneos, no fueron capaces de vislumbrar y Palmeral fue capaz de dejar en su diccionario de arte, para el futuro.
Tal vez, sólo los que hayamos tenido la gran suerte de haber seguido su artística trayectoria, seremos los únicos que podremos presumir de conocer la historia de este singular artista en el que la pintura, la poesía, la declamación y su delicado hablar de otros poetas, han llenado muchas horas felices de nuestras vidas.
En la exposición de Palmeral y de Elena Sainz, se abrió un nuevo espacio en el camino expositivo de la Asociación de Artistas Alicantinos y el día uno de Septiembre del año de gracia de dos mil quince, las musas de pintores, dibujantes y poetas, decidieron hacer su particular fiesta en nuestra asociación.
Gracias a los dos artistas y gracias a nuestra querida asociación y enhora
A veces pintan poesía, a veces sus fértiles mentes, llevan a otras esferas a estos cerebros privilegiados y en sus fantasías, son capaces de transportarnos hasta paisajes abiertos a los corazones y a veces casi imposibles para el entendimiento.
Cuando las generaciones futuras, traten de hacer una apología de este artista, es posible, que no sean capaces de encontrar el nexo de unión entre poesía, pintura, e interior de su mente. Es posible que pasado mucho tiempo, sea presentado cómo "el gran maestro" de una época. Y las nuevas escuelas, recuerden al "Séneca del siglo XXI" en todos sus trabajos, podrán ver cómo se esforzó en dar al futuro mundo, algo que los demás coetáneos, no fueron capaces de vislumbrar y Palmeral fue capaz de dejar en su diccionario de arte, para el futuro.
Tal vez, sólo los que hayamos tenido la gran suerte de haber seguido su artística trayectoria, seremos los únicos que podremos presumir de conocer la historia de este singular artista en el que la pintura, la poesía, la declamación y su delicado hablar de otros poetas, han llenado muchas horas felices de nuestras vidas.
En la exposición de Palmeral y de Elena Sainz, se abrió un nuevo espacio en el camino expositivo de la Asociación de Artistas Alicantinos y el día uno de Septiembre del año de gracia de dos mil quince, las musas de pintores, dibujantes y poetas, decidieron hacer su particular fiesta en nuestra asociación.
Gracias a los dos artistas y gracias a nuestra querida asociación y enhora
buena a Palmeral, por su gran catalogo.
pepaherrero
PALMERAL Y SU INTELECTUALISMO
Juan Antonio Urbano Cardona
Cuando alguien se planta ante un cuadro con la intención de observarlo, es éste
el que, con la magia que el pintor ha proporcionado, le atrae, le arrastra a su
interior, a vivir dentro de su escena o saborear los rasgos de los
protagonistas encuadrados en el lienzo.
En el caso de esta colección de pinturas que Ramón Palmeral denomina “Intelectualismo”, el proceso que surge ante el espectador es muy otro; las formas de vida que en los cuadros aparecen, tanto vida humana como vida de la materia que cobra aliento y vive, no espera a que el observador llegue con la mirada a sentir el ánimo que expresan sus trazos, no; son las mismas imágenes las que dan un salto de sus cuadriláteras moradas para ir en busca del espectador e invadir sus emociones con el lenguaje transgresor de las contraposiciones del color, de las arriesgadas formas que se deforman para adquirir nueva forma y renacer de nuevo a la vida en una distinta realidad.
Las figuras humanas de esta nueva dimensión emiten sentimientos a través de los rasgos de sus caras o de los gestos de su cuerpo que, aunándose en perfecta simbiosis con la atmósfera de cariz onírico, muestran en lenguaje pictórico el cúmulo de realidades que el tamiz de Ramón Palmeral canaliza, entremezcla y sintetiza para ofrecerlo transformado en arte. No son imágenes plasmadas, son seres vivos que invitan a vivir al espectador en su mundo y le hacen sentir cómplice de la escena que relatan. Los edificios en movimiento no son empujados por el viento como árboles que se aferran a la tierra con las manos de sus raíces para no ser llevados, sino que, son ellos mismos los que inventan su propio movimiento para protagonizar la escena que se ha plasmado de su propia vida, es decir, se sienten actores en un escenario en el que viven y marcan su realidad.
Figuras, geometrías cúbicas, colores y una leve caricia de surrealismo hay en las escenas producidas por el ingenio de la mente inquieta de Palmeral que, apagando su consciencia, deja fluir las emociones que nacen directamente del mundo que emana de las sensaciones que sus sentidos han ido alimentando en su interior.
Palmeral ha presentado hoy, día 1 de septiembre, en el Centro de Arte de la Asociación de Artistas Alicantinos, junto a la pintora y escritora Elena Sáinz, ante la presencia de un grupo muy nutrido de pintores y artistas que llenaban la sala, una colección muy interesante de lienzos que solo dejará indiferente al espectador insensible.
En el caso de esta colección de pinturas que Ramón Palmeral denomina “Intelectualismo”, el proceso que surge ante el espectador es muy otro; las formas de vida que en los cuadros aparecen, tanto vida humana como vida de la materia que cobra aliento y vive, no espera a que el observador llegue con la mirada a sentir el ánimo que expresan sus trazos, no; son las mismas imágenes las que dan un salto de sus cuadriláteras moradas para ir en busca del espectador e invadir sus emociones con el lenguaje transgresor de las contraposiciones del color, de las arriesgadas formas que se deforman para adquirir nueva forma y renacer de nuevo a la vida en una distinta realidad.
Las figuras humanas de esta nueva dimensión emiten sentimientos a través de los rasgos de sus caras o de los gestos de su cuerpo que, aunándose en perfecta simbiosis con la atmósfera de cariz onírico, muestran en lenguaje pictórico el cúmulo de realidades que el tamiz de Ramón Palmeral canaliza, entremezcla y sintetiza para ofrecerlo transformado en arte. No son imágenes plasmadas, son seres vivos que invitan a vivir al espectador en su mundo y le hacen sentir cómplice de la escena que relatan. Los edificios en movimiento no son empujados por el viento como árboles que se aferran a la tierra con las manos de sus raíces para no ser llevados, sino que, son ellos mismos los que inventan su propio movimiento para protagonizar la escena que se ha plasmado de su propia vida, es decir, se sienten actores en un escenario en el que viven y marcan su realidad.
Figuras, geometrías cúbicas, colores y una leve caricia de surrealismo hay en las escenas producidas por el ingenio de la mente inquieta de Palmeral que, apagando su consciencia, deja fluir las emociones que nacen directamente del mundo que emana de las sensaciones que sus sentidos han ido alimentando en su interior.
Palmeral ha presentado hoy, día 1 de septiembre, en el Centro de Arte de la Asociación de Artistas Alicantinos, junto a la pintora y escritora Elena Sáinz, ante la presencia de un grupo muy nutrido de pintores y artistas que llenaban la sala, una colección muy interesante de lienzos que solo dejará indiferente al espectador insensible.
Juan Antonio Urbano
Cardona
A MI BUEN AMIGO, EL INCANSABLE Y
POLIFACÉTICO: RAMÓN FERNÁNDEZ "PALMERAL"
José Antonio Charques Sala
Doctores en
Bellas Artes, licenciados, artistas plásticos, críticos de arte, etc., etc., te
han dedicado a lo largo del tiempo infinidad de elogios y bellas palabras hacia
tu persona y tu estilo pictórico.
Tu senda
inicial se ha convertido ya en todo un camino de largo recorrido, y
como nuestro referente en poesía: Miguel Hernández, que de adolescente estudió
a los clásicos, recibió enseñanza religiosa y hasta fue monaguillo, tú Ramón,
tampoco te has quedado quieto ni en tus ansias ni en tus anhelos y también has
sabido evolucionar hacia otras metas, siguiendo esa "senda mágica"
que tu intelecto te demandaba y te exigía.
No hay cosa
más difícil en cualquier disciplina y aún más, si cabe, en ramas del
arte como la pintura, la música y la poesía, que hacer creaciones
únicas que posean una impronta personal y que se distingan de las demás, no por
ser radicalmente distintas, que también, sino por haber conseguido que tengan
un estilo único en su plasmación, así como también un sello propio de la obra
en su realización final, sabiendo rodearse, como en tu caso, de toda la
simbología que la mente es capaz de asimilar y retener, para desde la
permanente inquietud del artista, darle concreción y modelarla hasta obtener un
esquema real de tu consciente y de tu subconsciente y trasladarla a tus
hermosos cuadros, que son obras de arte que tienen toda la fuerza y el poder de
la transmisión, por el gran derroche y el generoso esfuerzo de síntesis y de
culminación que has sabido llevar a cabo de forma tan natural como innata.
Tu mente dual,
piensa en pintura y en poesía al unísono, como el rayo y el trueno que siempre
se emparejan , y un ejemplo que podemos contemplar en la Exposición en el
Centro de Arte, calle Arquitecto Morell, 15 de Alicante hasta el día 15 de
septiembre, lo vemos en el cuadro al óleo sobre tabla:
"INTELECTUALISMO XI" en el que pintas a una mujer joven y
moderna con enormes gafas verdes y en el que se puede leer: "POESÍA ERES
TÚ", con una "P" anárquica, invertida y decantada hacia la
izquierda.
Como alicantino
que hunde sus raíces en Sant Joan d´Alacant, allá por el año 1782, me
congratulo en conocerte más de una década y haber compartido contigo infinidad
de temas alicantinos tan queridos y tan nuestros en numerosas ocasiones, y
muchos momentos de ese "Intelectualismo" que forma parte
ya de tus lienzos y que a mi personalmente, he de decirte que me asombra, pero
no me sorprende, porque tú Ramón ya lo llevabas implícito dentro de ti y lo
desarrollabas, incorporándolo desde el inicio a la literatura; tu
otra gran afición compartida por mi y por todos los miembros del Grupo
Poético-Literario Miguel Hernández de Alicante, con Rosario Salinas a la
cabeza, del que me honro en ser coordinador y al que tú, como gran hernandiano,
perteneces desde sus inicios.
Y para
terminar, alabo y admiro tu transgresión intelectual como pintor, escritor,
redactor, fotógrafo, conferenciante, poeta..., en todos y cada uno
de los eventos, sabiendo mantener los modos y las formas, y para
muestra un botón: tu retrato de Miguel Hernández: "El lápiz de
Miguel", con lápiz y papel en el bolsillo de la camisa, nada menos que
de color azul, seleccionado para la portada de una revista digital
en Nueva York, que ha presidido tantas veces nuestros recitales de
poesía, y del que podrías haber realizado muchas, muchas copias, mas fuiste
consecuente con tus convicciones y con tu demostrada filantropía, porque doy fe
que ocasiones para comprarte el cuadro no te faltaron. Por todo ello, quiero
darte las gracias y significarte que ser tu amigo es un verdadero placer, ya
que las circunstancias que nos unieron en el amor al arte, siguen igual de
intactas o quizá aún más reforzadas, pues además de tener un espíritu
inconformista y rebelde, también compartimos esa gran vocación inmaterial que
tiene un nombre tan sencillo como hermoso y se llama idealismo.
¡Mi
enhorabuena, estimado amigo Ramón, por ser un artista con duende de los pies a
la cabeza, y que sigas siendo muy feliz cosechando éxitos!
José Antonio
Charques Sala
Alicante, 3
septiembre 2015
< LA PRESTIGIOSA PINTORA BARBEYTO, EN LA EXPOSICIÓN DE PALMERAL Y ELENA SAINZ)
BARBEYTO, ESCRIBE SOBRE LA PINTURA DE PALMERAL
El pasado día 1 de Septiembre-2015 tuve el honor de asistir invitada a la inauguración del genial pintor y buen amigo Ramón Palmeral que deleitó al numeroso público asistente admirador de su arte con su mejor obra denominada INTELECTUALISMO.
< LA PRESTIGIOSA PINTORA BARBEYTO, EN LA EXPOSICIÓN DE PALMERAL Y ELENA SAINZ)
BARBEYTO, ESCRIBE SOBRE LA PINTURA DE PALMERAL
El pasado día 1 de Septiembre-2015 tuve el honor de asistir invitada a la inauguración del genial pintor y buen amigo Ramón Palmeral que deleitó al numeroso público asistente admirador de su arte con su mejor obra denominada INTELECTUALISMO.
Siempre me ha fascinado esta espléndida serie de mi amigo Palmeral, y creo se lo he hecho saber en numerosas ocasiones en las que he tenido la gran fortuna de compartir su arte en varias exposiciones conjuntas. Es una obra originalísima y con una personalidad desbordante que refleja claramente la calidad y constante investigación pictórica de este gran artista.Yo veo reflejada en ella, fantasías, sueños, ilusiones, complejidades de un mundo onírico fantástico lo que nos muestra Ramón en esta serie que al contemplarla nos hace meditar y admirar la fantasía pictórica que hace de el un gran artista.
Deseo dar mi enhorabuena al artista por la intriga y desbordante imaginación que muestra con esta fantástica obra pictórica que he de contemplarla mas de una vez para poder estudiar los recovecos de su mundo artístico.
EXPOSICIÓN DE PALMERAL EN EL CENTRO DE ARTE DE LA
ASOCIACIÓN DE ARTISTAS ALICANTINOS.
Por MARTIGODI
El pasado día uno de septiembre, tuvimos
la satisfactoria oportunidad de asistir en nuestra sede social a dos
exposiciones de dos compañeros, de los que uno se siente orgulloso de tenerlos
como compañeros, contertulios en actividades de la Asociación y estar
aprendiendo continuamente de ellos. Ella es Elena Sainz y él
Ramón Palmeral del cual nos vamos a ocupar en esta página.
Ramón y yo, hará algo más de quince
años que nos conocemos y desde el primer momento que vi una obra suya, hubo un
cierto acercamiento más aún, sin conocernos personalmente. Quizá, porque
ya vi en ella esa inquietud de decir algo con su pintura, de transmitir con
ella además del placer al contemplar su obra, un mensaje, un sentimiento o toda
una historia, que siempre sabe combinar con esa gracia innata o adquirida de
esa entrañable Málaga de la que él siempre hace patria allá donde esté. En este
largo espacio de tiempo y con la mentalidad investigadora del Sr. Ramón
Palmeral, además de tener el honor de haber formado parte del grupo por él
creado de “Vanguardia 5” e ir viendo personalmente esa evolución inconformista
de la que nos ha hecho disfrutar a propios y extraños a lo largo de su
trayectoria.
En su obra que presenta llamada
INTELECTUALISMO, basada siempre en un figurativo surrealista, nos ha ofrecido
dentro de esos mensajes de los que hablaba anteriormente, la fuerza poética y
literaria de la que tan ligado ha estado toda su vida y continua estándolo,
consiguiendo con su obra una especie de puzle que encajando pacientemente todas
sus piezas consigue una obra armoniosa a pesar de romper cualquier esquema
académico por contradictorio que parezca, consiguiendo de esta forma, que todo
aquel que observe la obra de Palmeral, inevitable antes de apartar la vista,
piense o comente: “Que pedazo de artista es este tío”.
Desde aquí
quiero darte mi más sincera felicitación por tu obra y pedirte que nos sigas
sorprendiendo, como lo has conseguido hasta ahora.
Martigodi
Alicante 4 de Septiembre de 2015
<BRUNO FERNÁNDEZ, CON MARGARITA AZNAR, ELENA BERMEJO Y ÁNGELA GALDÓN>
Comentario de Bruno Fernández
El día 19 de mayo de este año 2015 pude asistir a una magnifica muestra de pintura en el Palacio de la Diputación de Alicante. El título de la exposición fue "Interrelaciones Urbanas" y en ella dos afamados artistas de diferente trayectoria y formación exponían sus obras. Dos artistas diferentes, dos estilos diferentes pero con una relación en común.
He comenzado con este preámbulo porque cuando llegué a la sede de la Asociación de Artistas Alicantinos y me encontré con la exposición que Elena Sainz y Ramón Palmeral tenían preparada para dar comienzo al "nuevo curso" después de finalizar el tan siempre añorado verano, tuve las mismas sensaciones. Dos artistas diferentes, dos estilos diferentes pero un valor en común: "La magnitud y belleza de sus obras".
Ciñéndome ahora al comentario de la exposición de mi admirado amigo Ramón Palmeral debo de decir que su obra me impresionó. En un primer momento me transportó a una imagen que tengo grabada en mi mente por su belleza y porque no me la esperaba así. Me refiero a la Iglesia de la Cartuja de Granada, dedicada al fundador de la Orden de los Cartujos, San Bruno. Si no conocéis la Cartuja os animo a que os acerquéis a ella. Es de un barroquismo y de una belleza que te dejara impresionado. Si bonita es la Iglesia cuando te abren las puertas de la Sacristía no tienes mes remedio que abrir la boca del asombro que te produce.
Esa misma sensación sentí al ver la obra de Ramón Palmeral titula "Intelectualismo". Para mí de una originalidad y complejidad impresionantes. Lo primero que me llamó la atención fue su colorido, un colorido brillante y embaucador que te transporta en el tiempo. En algún momento me recuerda a una vidriera de la Catedral más bonita, pues se asemeja a una especie de puzle, un puzle brillante y colorista. En parte yo creo que la obra de Ramón Palmeral viene a ser como una proyección de su persona, una persona polifacética que toca diversas modalidades del arte tales como pueden ser la pintura o la poesía. Como al propio autor le he oído comentar en un momento de conversación con el su obra no puede ser disfrutada a través de una fotografía, sino que es necesario acercarse a ella, ver los trazos, profundizar en su contenido. Resumiendo, una excelente exposición de una excelente persona y artista
C.N. Armada Bruno Fernández Garrido
Comodoro Honorifico Mariners Rotarios SE de España
<ÁNGELA GALDÓN Y PALMERAL>
<BRUNO FERNÁNDEZ, CON MARGARITA AZNAR, ELENA BERMEJO Y ÁNGELA GALDÓN>
Comentario de Bruno Fernández
El día 19 de mayo de este año 2015 pude asistir a una magnifica muestra de pintura en el Palacio de la Diputación de Alicante. El título de la exposición fue "Interrelaciones Urbanas" y en ella dos afamados artistas de diferente trayectoria y formación exponían sus obras. Dos artistas diferentes, dos estilos diferentes pero con una relación en común.
He comenzado con este preámbulo porque cuando llegué a la sede de la Asociación de Artistas Alicantinos y me encontré con la exposición que Elena Sainz y Ramón Palmeral tenían preparada para dar comienzo al "nuevo curso" después de finalizar el tan siempre añorado verano, tuve las mismas sensaciones. Dos artistas diferentes, dos estilos diferentes pero un valor en común: "La magnitud y belleza de sus obras".
Ciñéndome ahora al comentario de la exposición de mi admirado amigo Ramón Palmeral debo de decir que su obra me impresionó. En un primer momento me transportó a una imagen que tengo grabada en mi mente por su belleza y porque no me la esperaba así. Me refiero a la Iglesia de la Cartuja de Granada, dedicada al fundador de la Orden de los Cartujos, San Bruno. Si no conocéis la Cartuja os animo a que os acerquéis a ella. Es de un barroquismo y de una belleza que te dejara impresionado. Si bonita es la Iglesia cuando te abren las puertas de la Sacristía no tienes mes remedio que abrir la boca del asombro que te produce.
Esa misma sensación sentí al ver la obra de Ramón Palmeral titula "Intelectualismo". Para mí de una originalidad y complejidad impresionantes. Lo primero que me llamó la atención fue su colorido, un colorido brillante y embaucador que te transporta en el tiempo. En algún momento me recuerda a una vidriera de la Catedral más bonita, pues se asemeja a una especie de puzle, un puzle brillante y colorista. En parte yo creo que la obra de Ramón Palmeral viene a ser como una proyección de su persona, una persona polifacética que toca diversas modalidades del arte tales como pueden ser la pintura o la poesía. Como al propio autor le he oído comentar en un momento de conversación con el su obra no puede ser disfrutada a través de una fotografía, sino que es necesario acercarse a ella, ver los trazos, profundizar en su contenido. Resumiendo, una excelente exposición de una excelente persona y artista
C.N. Armada Bruno Fernández Garrido
Comodoro Honorifico Mariners Rotarios SE de España
<ÁNGELA GALDÓN Y PALMERAL>
INTELECTUALISMO PALMERIANO
Por ÁNGELA GALDÓN
Queridos lectores.
Hablar de Ramón Palmeral y de su arte
innato y polifacético, para mí, además de ser un honor es una tarea fácil.
Si por el contrario, lo que se me pide, es que hable de su INTELECTUALISMO, se me hace difícil la tarea, ya que ni soy una persona intelectual, ni estoy capacitada para hacerlo como Crítica de Arte.
Si por el contrario, lo que se me pide, es que hable de su INTELECTUALISMO, se me hace difícil la tarea, ya que ni soy una persona intelectual, ni estoy capacitada para hacerlo como Crítica de Arte.
Por lo tanto, voy a dejaros mi opinión,
tan sólo basándome en mi sentir poético y pictórico cuando observo su pintura,
que al fin y al cabo, es de lo que se trata cuando hablamos de lo que puede
transmitir lo que hay delante de nuestros ojos.
En ese mare magnum de imágenes y color,
se adivina una mente creadora e innovadora, que huye totalmente de la
vulgaridad, para irse por los caminos de la originalidad y el capricho del buen
colorista.
Su alma de poeta, es como el rayo que no cesa, cuando coge los pinceles y acaricia sus lienzos. Para Palmeral, no hay medida cromática, ni ajustadas veladuras. Él plasma sus ideas oníricas y su soñar despierto, en cada trazo, en cada objeto o personaje que inmortaliza y en el conjunto de ese aborigen pictórico, logra una obra atractiva y que no deja a nadie indiferente.
Sus pimientos y tomates, ya forman parte intrínseca de sus obras y quedarán, en la posteridad como obras “Palmerianas”, para que cada espectador, cocine a su gusto con ellos, sus pistos y asados poéticos, que van más allá de lo que pueden representar en si mismos como plasmaba Dalí sus relojes y elefantes de patas inmensamente largas y delgadas.
Eso debe ser el arte vanguardista. Un compendio de imaginación y atractivo para que cada uno, interprete la obra que ve por si mismo y entre en ese juego mágico de la plástica y el color.
Su alma de poeta, es como el rayo que no cesa, cuando coge los pinceles y acaricia sus lienzos. Para Palmeral, no hay medida cromática, ni ajustadas veladuras. Él plasma sus ideas oníricas y su soñar despierto, en cada trazo, en cada objeto o personaje que inmortaliza y en el conjunto de ese aborigen pictórico, logra una obra atractiva y que no deja a nadie indiferente.
Sus pimientos y tomates, ya forman parte intrínseca de sus obras y quedarán, en la posteridad como obras “Palmerianas”, para que cada espectador, cocine a su gusto con ellos, sus pistos y asados poéticos, que van más allá de lo que pueden representar en si mismos como plasmaba Dalí sus relojes y elefantes de patas inmensamente largas y delgadas.
Eso debe ser el arte vanguardista. Un compendio de imaginación y atractivo para que cada uno, interprete la obra que ve por si mismo y entre en ese juego mágico de la plástica y el color.
Y por aquello que ya conocemos todos, de
que lo bueno si es breve, es dos veces bueno. He dejado otras florituras para
colegas más eruditos que yo, en este menester de las técnicas academicistas.
Gracias a Palmeral, por dejarnos su arte
como testigo de vida.
Ángela Galdón Griñán. 6/09/1015. Alicante.
<PALMERAL Y ORTISSO>
<PALMERAL Y ORTISSO>
LA ECLOSIÓN PLÁSTICA DE PALMERAL
Por Ortisso
Estaba ansioso. Me había enterado de su
exposición en la Triple A [Asociación de Artistas Alicantinos], casi por azar,
por radio Maputo. Él, bajo actitudes y comportamientos sociales algo
excéntricos, poco convencionales; aparentemente, a veces distantes, a veces
displicentes, a veces soberbios-¡Pobre
del artista que no se crea vástago del “ombligo de Leonardo” (¡Y, aun así…!)-,
esconde una personalidad, que percibo o intuyo, más bien tímida, sencilla,
misantrópica… incluso humilde… inmeritoria. Y él, que tampoco es proclive ni
pretende protagonizar, distinguirse, no circulariza, no convoca, no
personaliza… no invita. Entonces, te tienes que enterar: “¡Quien tenga oídos…
-orejas, diría yo - que oiga….!”, nos conminaba San Pablo. Últimamente asisto a
muy contadas exposiciones. Al cabo de los años, deambulando por esas Salas de
Dios, de Herodes a Pilatos, tratando de “interpretar” cientos de ellas; la
pintura, como el alcohol al hígado, ha acabado por narcotizarme; me ha producido una suerte de “cirrosis
retiniana”, de la que me encuentro en plena terapia. Pero hoy, “necesitaba ver” lo último de Ramòn. En
realidad, le conozco poco, salvo la constatación de que es uno de los últimos
“humanistas”, especie rara, en peligro de extinción. Y, de uno de sus
ejemplares más comprometidos, ejerciente, militante de la cultura
multidisciplinar, puedes esperar cualquier cos, buena. Por esa intuición,
quería ver. ¡Quién tenga ojos que “vea” -proclamo yo -¡ Pero que sepa ver “más
allá”. Porque casi todos los humanos, poseemos la capacidad perceptiva de ver,
algunos menos, la aptitud paciente de observar; muy pocos, la facultad de
interpretar bien lo que “ven”; y, sólo unos privilegiados, la virtud de descubrir “la verdad oculta de lo que ven…
Llego con retraso a la Sala Centro de Arte
de la Asociación de Artistas Alicantinos. Las siete de la tarde del 1 de
septiembre, en verano, en Alicante, es una hora todavía intempestiva. Casi aún,
la hora de los toros, del sol y moscas. Entro en la Sala, horneada de grados
centígrados y de personas, escuchando los aplausos al último discurso, a la
última presentación. Me los he perdido. Y, en el fondo, me alegro. Me siento
“virgen”, libre de las inevitables influencias críticas de los precedentes y
seguramente preclaros comentaristas. Porque, como nos alertaba D. Antonio Manuel Campoy,
en el Prólogo de su memorable Diccionario
Crítico del Arte Español Contemporáneo, reproduciendo un pensamiento del
poeta Rilke,” no hay peor manera de
acercarse a una obra de arte, que la de apuntar con el ojo del crítico….”. Sí;
creo que los críticos, viven… vivimos de prestado, de lo que nos dejan y crean
los demás, los artistas; de despojos, con los que construimos, construyen un
“argot”, una jerga culterana de términos “especializados, convencionales y
corporativizados,” que, temerariamente
nos atrevemos, se atreven, a proyectar, como arma arrojadiza sobre los
inocentes autores y sus obras. Un mordaz ingenio, una maquinación de asedio y
tortura que, irresponsables, inmisericordes, aplicamos, aplican, a los
artistas; frecuentemente para certificar sus autopsias o sus defunciones
plásticas. O para, en el mejor de los
casos, tallarles y encasillar su estilo, a toda costa, en uno de los movimientos
pictóricos que en el mundo han sido. Colgarles a la postre una etiqueta con su
“ismo” más pertinente.
Se cuenta que en una modélica muestra
individual de Frank Stella, en la
Galeria Leo Castelli, buque insignia
que fue durante décadas del arte de vanguardia en Nueva York, dos críticos discutían en alta, antagónica y acalorada
voz, acerca de la adscripción estilística colgada en las paredes: si
abstracción geométrica, si cinetismo geométrico, si geometrismo conceptual. Vamos,
como tratar de definir “el sexo de los
ángeles”. El artista no pudo por menos que intervenir : “Señores, no se cansen:
mi pintura…es sólo pintura….Y lo que se ven, es lo que hay, lo que es “.
Hago
estas reflexiones previas, mientras he barrido de un golpe, con avidez, con
fruición, las paredes “iluminadas” por Ramón Palmeral, como me había propuesto,
con ojos inocentes, con los de la curiosidad del infante, con la ductilidad del
catecúmen, con la subordinación del discípulo e incluso con la humildad del
lego. Sí, hoy, esta tarde, no quería “saber” de pintura….no quería “hablar” de
pintura. Sólo disfrutarla, consumirla, como a un manjar perecedero. Y, al salir
de casa, me he dejado, de propósitos, ”encima del piano”, para evitar
tentaciones, todas mis habituales muletillas, todos los sofismas ,toda la
artillería, toda la hermeneútica, todos los arquetipos, prejuicios, baremos y
criterios del y para el arte. Y me ha
resultado más fácil llegar así, ligero de equipaje, desprovisto de armadura y
coraza, para dejarme sorprender, herir, por la sensibilidad creativa de Ramón. Porque,
en realidad, yo apenas conocía su obra: algún cuadro suelto en alguna
colectiva, alguna reproducción de folleto, alguna foto en las redes, y poco más.
Bueno sí, algo más: las obras realizadas con ocasión del efímero grupo VANGUARDIA 5, cuyo destino yo presagié.
Y así se lo escribí en un artículo, donde
les alertaba de que “eso de autotitularse vanguardia,
en arte, obligaba a mucho…”.Y de que, aunque toda obra nueva ya comporta un
componente de originalidad, de innovación, o sea de vanguardia -las
primeras ya fueron las de Altamira-, para
mí, el único “vanguardista”de los
cinco era Palmeral: me cautivaron unas cuantas piezas conceptuales a base
de “montajes y conexiones eléctricas” a lo Duchamps….
Ahora
me esperaba, hoy, de Ramón, aquello en progreso; un salto, una propuesta
individual, nueva, una investigación, una sorpresa bajo el llamativo título de
“Intelectualismo”; en suma, un golpe encima de la mesa. Aunque, viendo lo que
veo, pronto se me disipan esas elucubraciones, porque acabo de recibir un
“fogonazo”, ”una explosión”, una potente salva de destellos, de formas, de
imágenes repletas de color, luz y sonido que me dejan perplejo, cegado y algo aturdido.
Aquí, ha estallado algo, un volcán, el volcán pictórico de Palmeral, el que
permanecía dormido, aletargado, tal vez encorsetado por las autoexigencias de quien es genética y
multidisciplinarmente creativo. Pero aquí, se ha liberado de cadenas y corsé, ha
perdido el miedo a mostrase y mostrar,
como Stella, “lo que es”…y un
caudal de sensuales imágenes, en promiscuo y atropellado desfile, fluye a
raudales, sin freno, sin límites, en dosis que noquean los sentidos.
Me
repongo. Pasan un cocktail, que declino probar. No como, ni bebo. No quiero
distraer mi inmediato y segundo recorrido, de cerca, del “cuadro a cuadro”, en
detalle, como seguramente lo hizo Musorgsky
en aquélla anónima exposición que
inspiró su célebre sinfonía…Las dataciones de las doce piezas son de entre 2006
y 2009. Ahora lo entiendo mejor a Palmeral, se ha rebelado contra los
atavismos, las presiones externas, contra sus propias ligaduras y ha
“regresado” a un espacio para y donde reencontrase a sí mismo, a su suerte
natural, a un estadio precedente, genuinamente “suyo”, donde se siente
liberado, cómodo, distendido, donde disfruta con su pintura. Y se nota. En cada
cuadro. Se recrea, se gusta, se derrama y aplica su “intelectualismo” en estado
puro y original. Y “cree” en lo que hace porque” cree” que hace, que dibuja- y
por cierto, mucho-, que pinta…, por fin, lo que quiere pintar. Pero he dicho
“cree”, para denunciar la recurrente paradoja filosófica latente en toda acción
humana, si cabe más evidente en el proceloso terreno de la creación artística, siempre
prisionera y tributaria de una irresoluta disyunción binomial. Que presenta
diversas formulaciones: razón versus corazón; voluntarismo versus determinismo;
libertad versus fatalismo; Eros versus
Tanathos; causalidad versus
casualidad; racionalismo versus sentimentalismo; …o ya en términos más
recientes, de Jacques Monod: “Azar versus
Necesidad”… o de Daniel Goleman” Inteligencia racional versus Inteligencia emocional”. Pero éste, el
del ficticio “libre albedrío” o el de la teórica “libertad del intelectual”,
sería otro discurso, cuyo abordaje aquí es impertinente e intruso. Sí, es
cierto, todo acto volitivo, en cuanto procede de un propósito humano
preestablecido, desencadena un proceso y una actividad, eminentemente
“intelectuales”, pero sólo en tanto se gestan en nuestro cerebro, merced a un
complicado y todavía mal conocido funcionamiento del incontrolable “laboratorio sináptico” encefálico.
A partir de ahí, lo que “ocurre” allí
dentro, sólo Dios lo sabe. Nosotros sólo cocemos sus efectos, sus
resultados, generalmente sorprendentes, inesperados, furtivos, y
frecuentemente alejados o muy diferentes
a los de nuestras expectativas iniciales. Blas Pascal nos sentenciaba: “El corazón tiene “sus razones”, que la Razón
no comprende”. Nuestro cerebro “propone” con la razón, pero luego” dispone”
con el corazón. Palmeral no podía ser la excepción a estas servidumbres, a
estas premisas, empíricamente probadas, inapelables,
contundentes, científicas. Y, Palmeral, como no podía ser tampoco de otra manera,
no” pinta lo que quiere”…sino que “quiere”, -ama-… “lo que pinta”. Y esta
docena de cuadros así nos lo revela al sumergirnos en un torbellino de figuras, de miradas
enigmáticas, de signos arcánicos, de composiciones turbulentas, de entornos
esotéricos, que incardinan, en
congruente promiscuidad, espacios mitológicos, puramente soñados…. un festival,
un festín, una orgia sensorial para la percepción, que no desciende en ningún
momento su nivel de paroxismo. Y este paradigma emocional, jalonado de sentimientos,
que no es otra cosa que la consistencia, el “leit-motiv” de esta colección de
Palmeral, no puede emanar de la racionalidad, sino que nace directamente de las
fuentes primigenias de su subconsciente…,habitan en el inconsciente. Su
pintura, su arte, no están construidos ni condicionados a premisas “lógicas”,
sino directa y sensiblemente inspirados por Musas poéticas…
Unamuno, maestro de la concisión y de la
certeza epistemológica, despachaba este enrevesado discurso mío en dos líneas -¡qué
envidia!-cuando definió: “Ser artista es
hacer y pensar….lo que hacemos y pensamos…cuando no somos artistas”. Es
decir, entiendo y comparto yo-porque el adusto de D. Miguel nunca lo explicó -que el artista lo “es”, cuando no “va de artista”, cuando no se “cree”
que es .Cuando se recluye y se reencuentra consigo mismo, entonces crea èl, no
“el artista”, y la obra es “autèntica”, matricialmente “suya”. Pintas “tú”, no
“el otro, el artista”. Si tu obsesión es “ser artista”…éste terminará por
desplazarte, pensará él, pintará él, no tú. Si quieres ser “artista”, puede que
seas “el otro”, ”el artista”, pero ya no puedes “ser tú mismo”.
Y aquí, Palmeral, sí lo es…porque pinta
Ramón.
Sólo así
le ha sido posible hibridar, en escandaloso pero coexistente mestizaje, lo
mismo una “bellea” a lo Gastón, que unos
desnudos o unos interiores a lo Maisse; el patetismo expresivo de Rouault con los severos modelos de Max
Beckman; los escorzos imposibles de
Fernand Leger, con la cubista serenidad de Juan Gris….Pero su rica
narrativa, su insondable simbología me llevan más lejos, y veo connotaciones
lejanas dadaístas y futuristas y, más cercanamente me sugieren aleaciones entre
la misteriosa ensoñación de Chagall, con
el “mundo imposible” de Kandinsky; con los “equilibrios inestables” de Calder; con el sortilegio
geométrico-emblemático de Paul Klee. Amalgamado
quizás en aquel matraz onírico-romántico de Giorgio
de Chirico y especiado con unos toques cáusticos del “pop británico” de Hockney. Pero ved, ved más: la
insuflación mironiana, el excéntrico surrealismo daliniano, la distorsión
retratista de F.Bacon…y por qué no, los
espacios lacerantes de Delvaux o de René
Magritte….o de Hopper. Ved. No os canséis de ver. ”Bienaventurados los que saben ver, porque de ellos es el
reino de la Belleza”. Si sois capaces de
“ver” todo esto estáis viendo la “síntesis” del arte, estáis viajando en el
tiempo, para recuperar su exégesis, desde su “big-bang”. Porque el arte, como
bien de naturaleza “cultural”, es un modelo estético basado en la
experimentación, en el aprendizaje, en la trasmisión parental y generacional.
Cuya dinámica de progreso la rige un
proceso acumulativo, sedimentario,
estratigráfico, antitético, hegeliano, que en palabras de Corredor Matheos,”sólo lo impulsa el ingenio de la replicación”. Y
el artista, quiera o no, consciente o inconscientemente, incorpora
necesariamente en sus obras, de alguna manera a veces evidente; otras soterrada,
elementos del baluarte de ese pasado, “el peso de la historia”. Y parte y deja
la impronta de su aportación, desde y sobre el estrato anterior. Esta
“herencia”, procedente de un “cen”
cultural, que todos portamos es también egoísta,
como el gen de Dawkings,y por tanto, genéticamente irrenunciable. Así, se me hace difícil asumir el concepto de la
“originalidad” absoluta en el arte. Es
imposible que exista. Por cierto que, este parámetro, junto a los de la
“coherencia” y la “clasificación”, constituyen,
el trinomio básico de valoración con que
pericia el crítico. Acerca del segundo
baremo, por todo comentario, si me permiten, me emitiré a contar algo: Un día, hace
unos años, estando en Madrid, cerca del Reina
Sofía, no pude resistirme a visitar la Antológica
de uno de nuestros “popes” del arte español contemporáneo, ya de rancio reconocimiento internacional, vasco
por toda referencia. El Museo la había dedicado el espacio de los dos pisos
para las Exposiciones Temporales, más alguna otra Sala complementaria y todo el
de los jardines exteriores, donde se emplazaban sus esculturas urbanas. Estimo
que entre grabados, obra gráfica, de soporte superficie, monotipos y
fundiciones, se exhibían no menos de quinientas obras. Por fortuna, todavía
desconozco lo que pueda ser “un dolor de cabeza”; pero, al cabo de una hora, procesando
cada pieza, una idéntica a la otra… y a
la siguiente, si acaso con ligerísimas variantes; es decir, un exceso
repetitivo, casi clonado de “más de lo
mismo”. Terminó por instalarme un sospechoso, pertinaz, molesto y monótono
carcán. Y, claro, mi cerebro me envió el primer aviso de cefalea, ante cuyo
riesgo, abandoné precipitadamente el
vetusto edificio. ¡Qué de creativos conozco que han sacrificado y cercenado
brillantísimas trayectorias en aras de una pretendida “coherencia”!.
La
tercera, o quizá primera, preocupación del crítico a que me refería, es sin
duda la de “clasificar” al artista y a su obras. Fijar su “catalogación”. Porque,
apropiándose torticeramente de la diatriba de Schopenhauer, parecen espetarnos
constantemente que “…en arte, todo aquello
que no pueda clasificarse, que no pueda catalogarse…, sencillamente, no
existe”. Con suerte, si los artistas van “en,” o forman grupo, equipo, o
“publican” un Manifiesto de Intenciones
al uso, suscrito a modo de “recogida de firmas”, les aplicarán, como ya señalé
antes un “ismo” apropiado, que aunque no tenga garantía alguna de prosperar,
les “salva” del problema. De lo
contrario, quedaran a la deriva, como francotiradores o mercenarios del arte, como
incomprendidos, como sediciosos, y, al fin y al cabo, como excluidos, al menos
en vida.
Y esto, no hace falta
habérselo podido preguntar a unos tales” rebeldes “como: Van Gogh, Toulousse-
Lautrec, Gaugin, Utrillo, Pissarro, Sisley, Vlanmick, J.Rousseau, Duchamps, G.Klimt,
E.Münch, Dubouffet,Rothko,A.Gorky,M.Tobey,Rauschemberg,Motherwell,... o a
nuestros “olvidados”, Solana, Muñoz-Degrain, Nonell, Cossio, Farreras, Clavé,M.Millares,
A.Quirós,Viola,Genovès, Cristino de Vera, Hernandez Mompó, J.Vento,…por denunciar
algunos “casos” de “desconocidos”, descatalogados en su día, y remitirme a
tiempos en que la crítica de arte ya estaba consolidada. De haberlo sido en
otros, pretéritos, probablemente ni los mismísimos Pieter Brueghel, El Bosco, o
El Greco, se habrían librado. Y desde luego, nuestro Palmeral tampoco: no
cumpliría con ninguno de los tres
parámetros. Porque en esta serie,” se sale”, se derrocha, erupciona. Su
inconformismo, su imaginación, su creatividad, su espíritu libertario le han
dado alas para conspirar, para conjurarse, para traspasar los cánones, los
límites convencionales, para transgredirlos, para abrir su Caja de Pandora con
“licencia para matar”, para escandalizar, y con
pleno derecho a la impunidad. Así, sus composiciones resultan en criaturas
plásticas “inclasificables”, cuyos productos estéticos, para nuestra fortuna,
nos regalan visiones, felizmente “incoherentes” y
“descatalogadas”…para recordar.
Como habrán observado; definitivamente, los críticos, no son, no somos un género de
fiar…pero somos. En consecuencia, es obligado advertirles que tomen con
todas las prevenciones y reservas las presuntas conclusiones que hayan podido
extraer de la lectura de este texto, cuyo
tiempo y atención dispensados, Palmeral que
sí es de fiar y yo, les agradecemos. De esta exposición se ha editado un
catálogo de 32 páginas muy bien editado con fotografías, cuadros antológicos y
de la exposición que presenta.
Alicante, 1 septiembre,
2015.
FERNANDO ORTISSO
Artistas plástico y
comentarista cultural.
<PILAR GALAN, PEOTISA Y PINTORA>
Comentario de la poeta y escritora Pilar Galán sobre mi exposición.
Un fuerte abrazo. Pilar Galán
<PILAR GALAN, PEOTISA Y PINTORA>
Comentario de la poeta y escritora Pilar Galán sobre mi exposición.
Hablar de un artista como Ramón Palmeral es un
auténtico reto, porque él es la Palabra y la imagen intuitiva y genial lanzada
como un dardo certero al alma de quién se pone a tiro !!!
Ramón es el artista de lo genuinamente auténtico en él no hay doblez, ni en su persona ni en su magnífica obra, por eso nos llega tan directo al corazón y se nos queda impresa en nuestra retina provocando un arco iris de sensaciones !!!
Ramón es vitalista, es un ser muy puro con sus luces y sus sombras...
Por eso ha sabido crear ese estilo tan personal que le identifica plenamente y es tan difícil para un artista como el INTELECTUALISMO.
Ramón ha hecho posible que al igual que reconocemos un Miró,
reconozcamos un Palmeral, creo que con eso ya está dicho todo y para colmo sin perder un ápice de su sencillez y de su humanidad!!
Ramón, es un orgullo para la Asociación tener un Artista como tú!!!
Ramón es el artista de lo genuinamente auténtico en él no hay doblez, ni en su persona ni en su magnífica obra, por eso nos llega tan directo al corazón y se nos queda impresa en nuestra retina provocando un arco iris de sensaciones !!!
Ramón es vitalista, es un ser muy puro con sus luces y sus sombras...
Por eso ha sabido crear ese estilo tan personal que le identifica plenamente y es tan difícil para un artista como el INTELECTUALISMO.
Ramón ha hecho posible que al igual que reconocemos un Miró,
reconozcamos un Palmeral, creo que con eso ya está dicho todo y para colmo sin perder un ápice de su sencillez y de su humanidad!!
Ramón, es un orgullo para la Asociación tener un Artista como tú!!!
Un fuerte abrazo. Pilar Galán