A
caballo entre los siglos XIX y XX,
JOAQUÍN MIR Y TRINXET nació y
murió en Barcelona (1873-1940) donde se formó como pintor asistiendo a la
Escuela de Bellas Artes y al taller del pintor Luis Graner. Con veinte años llego a formar parte de la llamada “colla del safrá” grupo de
jóvenes pintores catalanes, entre los que figuraban Nonell, Canals y Pichot, bautizados asi por sus tendencias coloristas
en las que primaban los colores ocres cálidos amarillo-anaranjados como las
hebras del azafrán.
Esencialmente pintor paisajista, al principio
de su carrera cultivó el retrato y la figura y llegó a realizar grades cuadros
con personajes, con los que concurrió a los Certámenes Nacionales con éxitos
tales como “El venedor de toronges” y “La
catedrals del pobres”, y al final de su extraña y exitosa vida de pintor un tanto asceta y retraído en su limitado mundo, sin más
intereses que la pintura, le fue concedida
Medalla de Honor en la Nacional de Bellas Artes de 1930, en Madrid.
Persona exaltada hasta límites patológicos,
alguno de sus contemporáneos cuenta “que
se ponía pintar con una exaltación que le llevaba a canturrear o proferir
gritos e interjecciones, a comentar en voz alta donde colocaría aquella
pincelada de bermellón o aquel toque de azul intenso que confiriese al cuadro
la máxima vibración, para descansar, luego, unos breves instantes y liar un
cigarrillo que, después, olvidaba encender
o dejaba apagar tras una pocas chupadas o prendía demasiado –por haber
empleado más papel que tabaco- chamuscando unos pelos de su barba o bigote. O
dejando algún agujero en su ropa que provocaba la reprimenda de Doña María”, su
mujer y sensata cuidadora del genio desquiciado, rudo y noble, tan parecido a Van Gogh.
Pintó en Mallorca con Santiago Rusiñol, y de la isla salieron sus paisajes más
originales pero no los más populares pues se adelantó a la pintura por entonces
imperante en España. Luego lo haría en Reus, Mollet del Vallés, Caldas de
Momtbui y finalmente, al contraer matrimonio, se instaló definitivamente en
Villanueva y Geltrú. De todos esos lugares y sus entornos, surgió la obra del
mejor de los paisajistas españoles de su tiempo, practicante de un
impresionismo rayano con el expresionismo figurativo sui géneri, muy semejante
al que en la actualidad y con su personal estilo diferencial, practica entre
nosotros nuestro compañero Manuel Mas Calabuig.
En fin, que mañana se tratará en LA TERTULIA
DE LOS JUEVES de nuestro CENTRO DE ARTE, a la que pueden asistir quien lo desee
y quiera darse un gustazo cultural y artístico de primer orden en Alicante,
sobre la vida y la obra de uno de los más grandes pintores paisajistas
españoles de todos los tiempos.
Carlos Bermejo
Coordinador de talleres
de la AAA
Alicante, 11 de mayo de
2016