La celebración del anual “Día de los nenúfares”, fue una idea mía que, como todo lo que se le ocurre a mi inquieta imaginación, fue apoyada por mi otra mitad: mi querida, fiel y amante esposa Loli, coparticipe de esta idea que tenía y sigue teniendo dos objetivos bien claros: el primero reforzar los lazos de amistad y camaradería entre los socios de la Asociación de Artistas Alicantinos y el segundo compartir la belleza de los nenúfares en flor con quienes mejor capacitados están para apreciarla. Y eso comenzó hace ya diez años, cuando yo no tenía nada que ver con la Junta Directiva de entonces, por lo que no me movían nada más que esas dos razones.
Hoy la idea sigue teniendo los mismos objetivos, pero la asistencia se ha desbordado, pues en la primera celebración fuimos unos setenta y a la del pasado año acudieron ciento veinte. Lo que a todas luces fue excesivo, pues el espacio es el que es, y quizá estuvimos algo “apretaditos” a la hora de acomodarnos alrededor del estanque para pintar o fotografíar y en las mesas para comer.
Nuestro deseo serÍa que los doscientos sesenta socios, pudieran disfrutar de este día que se ha convertido ya en un clásico entre los lúdico-artísticos que le ofrecemos a los socios (en este caso, que le ofrecemos Loli y yo a nuestros compañeros de Asociación, pues se trata de una invitación cuyo coste y organización corre por nuestra exclusiva cuenta), pero es imposible pues peligraría el agradable acomodo de los asistentes.
Por lo dicho, solo podemos invitar a cien de “los nuestros” como a mí me gusta decir. Y “los nuestros” son los que al día de hoy pertenecen a la Asociación y que son con los que queremos estrechar esos lazos de camaradería y compañerismo, objetivo más importante de esta celebración. Por tanto aquellos que por alguna razón dejaron la Asociación, aunque puedan seguir siendo nuestros amigos (como de hecho lo son) no puedo invitarlos a mi casa ese día, aunque el resto del año está abierta para todos ellos.
Pero como soy un conservador de lo que merece conservarse, aquellos socios que permanecen fieles a la Asociación y han sido nuestros invitados en años anteriores, seguirán siéndolo este nuevo año y así se lo hemos hecho saber. Los huecos que queden se irán rellenando con otros que hasta ahora no ha venido y que acepte mi invitación personal, que es la única que vale para entrar en la lista de invitados. Y para aclararlo también, pues a veces se ha producido aquello del dicho popular “un invitado invita a ciento”, el socio invitado solo puede venir con su pareja (si la tiene).
Lamento ser tan expeditivo para decir las cosas, al igual que Loli y yo lamentamos el no poder contar con todos nuestros “ACTUALES” compañeros de Asociación, que a la postre son con los que convivimos el día a día. Aunque también de aquellos que al desvincularse de la Asociación, también se ha desvinculado de nuestra cercanía.
Loli de Bermejo y Carlos Bermejo
Socios nº 267 y 161, respectivamente.