El ruso ucraniano KAZIMIR SEVERÍNOVICH MALÉVIC, fue
un escripintor que pasó a la historia de
la pintura más por lo que teorizó que por lo que pintó. Creador del Suprematismo,
que según su teoría era “la supremacía del sentimiento puro en el arte, de la “no-objetividad”, -¡toma del frasco
carrasco!- se hizo famoso entre la progresía por los
cuadros blanco sobre blanco y negro sobre negro, y del circulo y el cuadrado. En 1915, tuvo que escribir un largo ensayo sobre su nuevo sistema del Arte para explicar lo
que pintaba. Algo asi como el conceptualismo de hoy, pasado por la metafísica de agnosticismo y del
ateísmo de sus años de prerrevolucionario, escarmentado cuando el régimen que él ayudo a traer, le hizo volver al redil del realismos
socialista impuesto por los nuevos zares que tomaron el poder en Rusia.
En fin nada
nuevo bajo el sol, de esos pintores que necesitan un libro para explicar sus
cuadros, olvidando que la pintura es un arte que entra por los ojos y no por
los oídos.
Sin embargo,
y tras la opinión generalizada de los contertulios, de que no era un gran pintor
aunque si un buen teórico del arte, salieron a relucir los argumentos
colaterales, salsa de las buenas tertulias, y ahí sí que hubieron opiniones varias y contractadas, que,
una vez más, le dieron a la sesión de
hoy en LA TERTULIA DE LOS JUEVES, una altura intelectual y artística de primera
magnitud. Una gozada.
El próximo jueves hablaremos de… lo prerrafaelitas.
Carlos Bermejo
Comentarista de la AAA
Alicante, 28 de mayo de 2015
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