El
pintor oriolano JOAQUIN AGRASOT,
despunto de jovenzuelo en su pueblo natal y como a otros pintores alicantinos,
la Diputación Provincial lo becó para su formación académica en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, en
Valencia, y luego le concedió una pensión para que prosiguiera sus estudios en Roma. Allí conoció a otros
pensionados españoles, entre ellos a Casado de Alisal, Rosales y Fortuny. Con éste entablo una autentica
amistad personal y artística, hasta el punto de que influenciado por su amigo,
dejo de lado el realismo costumbrista decimonónico, para pasarse a las tendencias
preimpresionistas de la pintura preciosista, que con tanto éxito artistico y económico,
ya venía practicando el pintor de Reus.
Con ese
estilo, concurrió algunos años a las
Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, enviando sus obras desde Roma donde residía,
y siendo premiado con segunda y tercera medalla. Al morir su
amigo y mentor, regresó a España donde logro ser reconocido institucionalmente
y triunfar como pintor de éxito artistico, y por ende, económico.
La tertulia
de hoy, ha dictaminado por mayoría, que Agrasot fue un pintor de segundo grado
en la escala artística de la pintura española, pero aun asi con méritos
suficiente para ser reconocido como tal y gozado de un prestigio que en la
actualidad no se le reconoce por ser considerado un seguidor de Fortuny, y no
un creador original.
Pero la
tertulia, derivo, por aquello de que un tema sugiere otros colaterales, sobre “la
luz en la pintura mediterránea” y ahí se armó la de dios es cristo y se dijo aquello de La Parrala: unos decían que
sí, que esa luz se refleja en la obra de los pintores mediterráneos, y otros decíamos
que no, que la luz en un cuadro no surge del cielo Mediterráneo ni del Báltico
de Kroyer, sino de la mente del pintor,
pues un buen tanto por ciento de las
obras de los luministas valencianos, incluido Sorolla, están creadas en el interior de sus estudios y
con la fotografía como referencia. Tensión y sin acuerdo, excepto para levantar
la sesión antes de lo habitual para ir al restaurante, donde JOSÉ ANDRÉS AZNAR,
tertuliano de pro, colgaba alguna de sus obras de pequeño formato, y en el
festejo se ofrecía hasta cochinillo. Y allí que se fueron todos, no sin antes
acordar, que el jueves 28, se hablará del pintor ucraniano KAZIMIR MALEVICH.
Carlos Bermejo
Comentarista de la AAA
MALEVICH. (Autorretrato)