<CARLOS BERMEJO, PRESENTANDO AL CONFERENCIANTE>
<HABLANDO DE ARQUITECTURA BARROCA Y DE SUS CARACTERÍSTICAS>
<NARRANDO JUGOSAS ANÉCDOTAS SOBRE LA PLAZA MAYOR DE MADRID>
<EL PÚBLICO ESCUCHA CON SUMO INTERÉS AL CONFERENCIANTE>
<AQUÍ EL CONFERENCIANTE COMENTA UN FAMOSO CUADRO DEL BARROCO ESPAÑOL>
<UNA CÚPULA PLENAMENTE BARROCA>
<LA IGLESIA Y LA NOBLEZA, ERAN LOS ÚNICOS CLIENTES DE LOS PINTORES>
En la tarde-noche de
hoy viernes, JOSÉ ÁNGEL CASTEJÓN, consorte con “suerte” de nuestra compañera
Carolina de la Encina, ha impartido su anunciada conferencia sobre “EL BARROCO
EN ESPAÑA”, en la que ha dado un repaso de profundidad doctoral y a la vez
ameno, de más de hora y media de duración que se nos ha hecho corta a las más
de sesenta personas que hemos asistido por el reclamo de tema y por el
prestigio como orador de palabra fácil e ideas profundas, que teníamos constatado
por sus intervenciones en LA TERTULIA DE LOS JUEVES que se reúne en nuestro
CENTRO DE ARTE, esos días centrales de la semana.
Presentó al conferenciante CARLOS BERMEJO,
secretario de la Asociación de Artistas Alicantinos y coordinador de
exposiciones y talleres, quien en su
breve alocución dijo:
“Nuestro conferenciante
de hoy, es una de esas personas cuyo afán por aprender no tiene límites ni
medidas. Después de una vida profesional en la que se dejó la piel y alcanzo
relevancia como alto ejecutivo bancario,
en sus ratos libres que no tenía, añadió al título de Profesor
Mercantil, el de licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de
Madrid.
Tras su jubilación no se tiró a la bartola, a
la que no sabemos si tuvo el gusto de conocer ni falta que le hacía, sino que, acostumbrado al stress no quiso relajarse por el temor a una bajada de tensión que le llevara al tedio, por lo que
además de viajar por toda Europa para visitar museos, galerías y todo lo
visitable, en compañía de la experta artista
que habita y reina en su casa, que no se llama Bartola sino Carolina, se
propuso hacerse experto en todo lo que oliera a cultura y arte, si es que son
cosas distintas, y para ello se licencio en Historia, especializándose en la
rama de Historia Moderna, con especial
dedicación a la Historia del Arte, en la que posteriormente se doctoró, en la Universidad de Alicante,
donde se habia licenciado. Y como todo le parecía poco, para no aburrirse, se
licencio en Antropología Social y Cultural en la Universidad Miguel Hernandez, y
como aun le parecía poco y le sobraba tiempo, en vez de dedicarse a matar
moscas con el rabo para lo que hay que tener mucha puntería, hizo master y
diplomaturas, alguna de ella tan insólita para un seglar, como la de Teología.
Y mientras tanto, asistía a conciertos,
teatros y demás diversiones lúdico-culturales, tales como nuestra prestigiosa TERTULIA DE LOS JUEVES, en
la que sentó catedra de buen decir y mejor saber, que nos dejaba boquiabiertos
y en babia como decía mi madre cuando la escuchaba contarme cuentos.
Y ya para terminar y dar paso al motivo por el
que estamos aquí sentados, le pido perdón a mi querido amigo JOSÉ ANGEL,
por el tono humorístico de esta
presentación, que nada tiene que ver con el barroquismo quevedesco del que
ahora supongo que nos dirá algo, y si con mí vena payasistica, que no paisajística, para
ocultar la procesión que llevo por dentro. Gracias y perdón.”
Aceptada con buen talante la presentación un
tanto humorística del presentador, el conferenciante, como buen doctor en la
materia, comenzó diagnosticando la historia clínico-historicista de los orígenes
del barroco en España en sus tres etapas: comienzo, meseta y decadencia, por
medio de un meritorio resumen, que abrió
paso a la proyección de una serie de diapositivas que iba comentando a capela,
apostilladas por fechas, nombres y jugosas anécdotas históricas en las que no
faltaron sus propias y acertadas opiniones, sobre la arquitectura, la escultura
y la pintura de las distinta etapas y escuelas que se dieron en España entre
los años 1600 y 1750, años del mayor esplendor artistico de la historia
española, por la pléyade de artista que surgieron en todas las disciplinas artísticas,
y que la hicieron única y sin par en la cultura europea; y aquí, orgulloso de
sentirse español, el conferenciante cito más de cuarenta nombres, que a pesar de
tenerlos por conocidos, nos asombraron por su valía y numero cuando al nombrarlos el conferenciante uno a uno, nos parecía estar escuchado la mayor
constelación de estrellas de las artes que,
en un espacio de tan solo ciento cincuenta años, se haya podido reunir en el firmamento
de la historia de la cultura de ninguna otra nación-estado europea.
Finalizada su disertación, el aplauso de admiración y reconocimiento a la brillante
exposición de la historia del barroco en España, fue prolongado, sincero y
cálido. Tras su ruego a que lo acortáramos, se ofreció a responder a las
preguntas que sobre el tema desearan hacerle los asistentes, algo que hicieron algunos a los que dio respuestas satisfactorias
para ellos y para todos.
Carlos Bermejo
Comentarista de la AAA
Alicante, 23 de octubre
de 2015