El valenciano IGNACIO
PINAZO CAMARLENCH, es junto Francisco Domingo y Joaquín Sorolla, un trio de
ases de la pintura valenciana que, como dice su himno regional, ofrecieron sus
glorias a España y por ende a la pintura europea que se hacía a caballo de la segunda
centuria del siglo XIX y primer tercio del XX.
Los tres estudiaron Bellas Artes en la
Academia de San Carlos de su ciudad natal, estuvieron becados en Roma y fueron reconocidos como grandes pintores en
su tiempo; ganaron dinero y fama, numerosas medallas en las Exposiciones
Nacionales y honores académicos y los tres lograron entrar en el Prado con sus
pinturas.
En cuanto a la fama y al reconocimiento
actual de su pintura, Sorolla los ha eclipsado a ambos, debido a su encuentro
en Londres con el mecenas norteamericano míster Huntington y a sus encargos
para la Hispanic Society.
Sin embargo, en la sesión de hoy de LA
TERTULIA DE LOS JUEVES, reunida en nuestro CENTRO DE ARTE con la asistencia de
cuarenta y dos contertulios, la opinión generalizada ha sido, que en el dominio de la técnica y en la modernidad de su pintura, PINAZO
CAMARLENCH fue superior a sus dos colegas en cuanto a la natural evolución de
su pintura hacia la modernidad, tras sus
periodos de clasicismo historicista impuesto por las instituciones que lo becaban,
el impresionismo más o menos larvado de su segunda etapa, hasta llegar al
expresionismo abstracto de algunos cuadros de pequeño formato, en los que se desmelena
deformando la figura por medio de la mancha vibrante y abocetada, dejando
intencionadamente sin cubrir grandes espacios del lienzo o de la tabla y trazando
gruesas líneas en negro, que no delimitan nada y dejan supuestamente inacabado el cuadro
para que sea el ojo de espectador quien se lo muestre al cerebro para que lo
reconstruya y termine. Y esas obritas que para él eran las más genuinas de su
sentir, han resultado ser para la crítica y los gustos por donde se mueve la
pintura hoy, lo más original, representativo y valioso
de su obra. ¡”Cosas veredes amigo Sancho,
que non crederes”!
En cuanto a la tertulia, que decir cuando la
asistencia nos habla del interés que suscita y vemos como se desborda el cauce
que delimita el ya famosos sofá granate.
¡Pues eso: que algo se estará haciendo bien!
Y el próximo jueves, día 29 de octubre, no
hablaremos del Gobierno (que eso esta vetado) sino del pintor barroco y rococó francés, ANTOINE WATEAU.
Carlos Bermejo
Comentarista de la AAA
ANTOINE WATEAU