<EL PUBLICO ESUCHANDO A LOS ORADORES>
<CARLOS BERMEJO, PRESENTÓ LA ESPOSICIÓN Y GLOSÓ A SUS COMPAÑEROS MUERTOS>
<EL DOCTOR JORGE ALÍO, AGRADECIÓ A LA ASOCIACIÓN EL HOMENAJE A SU PADRE Y AL RESTO DE LOS COMPAÑEROS FALLECIDOS>
<FELICIANA TRENOR, ESPOSA DE TEODORO MUÑOZ, SUBIÓ AL ESTRADO PARA AGRADECER AL PÚBLICO SU ASISTENCIA AL ACTO>
Con una nutrida
representación de familiares, amigos y compañeros, en la noche de hoy lunes, se
ha inaugurado en nuestro CENTRO DE ARTE, la exposición de homenaje póstumo a los cinco
de nuestros compañeros de Asociación, fallecido en los tres últimos años.
Presidió en acto, nuestro presidente JUAN
ANTONIO POBLADOR, al que acompañaba en
el estrado, nuestro secretarios y coordinador de exposiciones CARLOS BERMEJO,
que actuó como presentador.
En su alocución de bienvenida, nuestro
presidente, dijo:
“Hoy es un dia especial por ser una exposición
de que quiere rendir homenaje a unos socios y amigos artistas que dejaron
huella de su paso por la vida a través de sus obras, que hoy podemos contemplar
en este CENTRO DE ARTE. Todos fueron compañeros dignos de ser admirados no solo por su faceta artística, sino por su
gran calidad humana. Ellos son LUCIANO ALIÓ, TEODORO MUÑOZ, TERESA TORMO, SOLEDAD
GARCIA y MIGUEL FONT, y aunque hoy no estan con nosotros, sus familiares y
amigos queremos recordarles con mucho cariño el su paso por la Asociación y por
nuestras vidas”.
A continuación, le pasó
la palabra al presentador, quien en una alocución llena de sentimiento, pues
los cinco fallecidos tuvieron una especial relación con él, dijo:
“Queridos amigos y compañeros. Queridísimas
familias de los cinco artistas a los que, a título póstumo, les dedicamos esta
exposición que inauguramos hoy.
Se trata de un homenaje debido a quien fueron nuestros consocios y
amigos, y que por ley de vida, dura y falta ley de vida para algunos de los que
se fueron antes de lo que por ley natural pensábamos les correspondía, cuando
aún tenían bastante que vivir y mucho que pintar, dejando familia, amigos e
intereses y un imborrable recuerdo de sus vivencias entre los que fuimos sus
amigos y compañeros.
Los cinco dejaron esta vida segados por la muerte, que actúa al azar y
para la que valemos menos que esa hormiga que sin enterarnos pisamos al pasar.
Uno de ellos, LUCIANO ALIÓ, llego a la senectud, vivió una vida plena y dejó su obra artística hecha. Por el
contrario, los cuatro compañeros que junto a él homenajeamos: TEODORO MUÑOZ,
SOLEDAD GARCIA, TERESA TORMO y MIGUEL FONT,
no llegaron a la apacible senectud para haber gozado de una vida ya
hecha en todos los sentidos, aunque si de una obra inacabada pero ya
consolidada, como podéis ver en esta corta
antológica que ahora inauguramos.
Los cinco practicaron el realismo figurativo, cada uno con los
matices que los identifican, pero sin excesivas concesiones a las modas del
momento. Sus pinturas entroncan con lo mejor del Arte de todos los tiempos: el
que viene del Renacimiento, pasa por Velázquez y arriba al impresionismo. Es
decir, la pintura que estamos seguros perdurara en el tiempo, cuando el Arte
deshumanizado que hoy nos invade, pase al rincón del olvido.
Como todo creador, ellos
trascienden de la muerte física y vivirán en la obra creada mientras el tiempo
no la destruya, porque el artista no muere mientras su obra perdure.
No busquemos a LUCIANO, a
TEODORO, a SOLEDAD, a TERESA o a MIGUEL, en sus cenizas o en sus huesos, allí
no están. Busquémoslos en estos cuadros que nos rodean. Ellos están aquí en espíritu y yo diría que hasta físicamente.
La moderna técnica forense podría sacar sus ADN, de la huella de sus dedos
dejada al fundir los colores; de ese cabello, que ya empezaban a perder y que
quizás quedo atrapado entre la pasta; del halito de su respirar cuando apacible
o apasionadamente trabajaban en el cuadro. Ahí pueden estar sus huellas físicas, pero ¿acaso importan las
huellas físicas en la obra de Arte…? No mucho, si las comparamos con la huella espiritual del artista que las
crea. El sufrimiento y el gozo se aúnan en el proceso de creación, para
desembocar en el sumo placer que se experimenta
cuando surge la obra de donde
solo había un lienzo en blanco. Y esos
sentimientos se quedan vagando para siempre, como fantasmas buenos del castillo encantado del
cuadro. Por eso yo os digo, que cuando sintáis añoranza de los buenos momentos
vivido con las mujeres o los hombres singulares que fueron vuestros cónyuges,
padres o familiares, miréis con detenimiento esos cuadros que cuelgan en las paredes de
vuestras casas y veréis, si las lágrimas os dejan, que ellos están allí
para siempre, como también lo están para nosotros, sus amigos y
compañeros de Asociación, que hoy estamos aquí para rendirles este merecido y
sentido homenaje póstumo.”
Al finalizar su alocución,
propuso a los asistentes, guardar un minuto de silencio en memoria de los fallecidos,
que fue fielmente guardado, mientras que en los rostros de algunos de sus familiares afloraron
lágrimas de sentimiento y nostalgia.
Al finalizar el acto, un aplauso unánime y sentido, entrono en la sala, tras el cual, el presidente invito a
los familiares que lo desearan decir algunas palabras. En primer lugar lo hizo
el doctor y catedrático de oftalmología, JORGE ALIÓ, hijo de LUCIANO ALIÓ, uno
de los fallecidos. Y lo hizo improvisando y a capela, un pieza de oratoria en
la que brilló su elocuencia y el sentimiento, que suponía ser igual para todos
los familiares de los fallecidos, aunque él lo hacía respecto a su padre, por el
hecho de poder asistir a una antológica de los artistas fallecidos que no tuvieron
la oportunidad de hacerlo mientras vivían. Oportunidad que agradecía de corazón
a la Asociación de Artistas Alicantinos y a sus actuales rectores por la
sensibilidad y el acierto de haber organizado esta exposición póstumas, que
ratifica su opinión de siempre
manifestada, de la gran familia que constituye una Asociación de la que
Alicante y los alicantinos estan orgullosos y cuya actividad en la promoción y
apoyo de las Bellas Arte, es bien conocida por todos.
Sus palabras, que este cronista
lamenta por poder recordar con precisión y que no fueron grabadas, fueron
premiadas con un aplauso sincero y prolongado.
Luego, subió al estrado,
nuestra compañera FELICIANA TRENADO, “Chana” para todos, esposa que fue y de
cuya memoria es guardiana fiel, de TEODORO MUÑOZ, que se limitó a expresar su agradecimiento
a todos los asistentes al acto, y no pudo decir mucho más pues se le quebró la
voz y las lágrimas inundaban su rostro.
El acto finalizó, con unos
roscos de vino y anís, y el conocido y popular moscatel del Campo de Cartagena.
Carlos Bermejo
Coordinador de exposiciones y
comentarista de la AAA
Alicante, 4 de enero de 2016
49 FOTOS DE JULIO ESCRIBANO
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