ÚLTIMAS OBRAS DE SERRALTA
LA COMERCIALIDAD EN LA PINTURA Y ANTONIO SERRALTA
Es mucha la gente que habla de
pintura comercial y utiliza este calificativo a veces injustamente o
inapropiadamente a toda la obra de un artista, por eso creo de justicia, el
hacer varias aclaraciones.
En general el anhelo de todos los pintores,
salvo excepciones, es vender su obra, difundirla y si es posible vivir de ello,
cosa harto difícil en nuestros días, el término comercial hace referencia a lo
que es susceptible de venderse, y es más comercial aquello que se vende mejor,
bien por su precio asequible o su atractivo en la realización. Centrándonos pues en la pintura denominada
comercial, habría que distinguir como en toda la pintura la de baja calidad por
su tosca factura, pintada en serie, como un trabajo hecho a destajo, sin
cariño, sin sentimiento y persiguiendo con unos tratamientos muy elementales
del color un efectismo barato, dedicado a personas que no entienden de pintura,
y por añadidura suelen ser temas muy manidos y estereotipados y reproducidos
hasta la saciedad, todos recordamos de los años 50 y 60 las típicas escenas de
caza con ciervos, perseguidos por una jauría, o el consabido puente con su
riachuelo, por poner un par de ejemplos. Otra pintura bien diferente que puede
a veces ser calificada de comercial de calidad, aquella en la que debido al
virtuosismo, dominio del oficio, del color con su riqueza cromática
personalizada y realizada con sentimiento y sin prisas en su ejecución, dándole
el tiempo necesario que la obra requiere, con pinceladas y toques personales
que identifican sus obras, y que con una sabia composición de masas y luces y
colores, buscan y consiguen la belleza y el atractivo de la obra, haciendo lo
representado más bello que en la realidad, debido a la gran maestría en su
ejecución, y obteniendo belleza por su forma de plasmarlo de temas que a priori
nos resultarían tan prosaicos que a muchos no les parecerían pintorescos, este
último caso sería el de la atractiva pintura de Serralta, y como tiene buena
acogida a veces se la califica de comercial de alta calidad.
Es necesario añadir, que siempre ha habido en
todas las épocas, pintura que seguía la moda de lo que demandaba el público que
podía adquirir pintura, temas religiosos, que al ser excesivamente reproducidos
a veces han devaluado la valoración de un gran artista, mucho es el daño que ha
hecho al gran Murillo, la masiva reproducción de sus vírgenes y escenas
religiosas, en estampas y almanaques. También hay quien ha ganado mucho
comercialmente haciendo retratos para personajes pudientes, muchos de ellos se
quedaron en el anonimato.
Y ha habido grandes genios de la pintura, como
el gran Sorolla, imitados hasta la saciedad por infinidad de pintores debido a
lo atractivo de su pintura, por cierto Sorolla era un pintor iluminista e
impresionista que conseguía gran parte del atractivo de sus obras con toques
efectistas de luz y color ¿ Acaso era Sorolla un pintor comercial, en el tono
peyorativo?, la respuesta es claramente un no, pero como vendía mucho en su
época y se hizo rico, por la gran aceptación de sus trabajos, si le aplicáramos
los mismos criterios que algunos le aplican a la pintura comercial de alta
calidad que algunos realizan actualmente, pues entonces el gran Sorolla era más
comercial que otros que no realizaban una pintura tan atractiva y de fácil
aceptación popular.
Y no se engañen la comercialidad ha existido
siempre, en grandes pintores de grandes firmas, que han hecho cositas
ridículas, hasta en tamaño, donde el único mérito era su firma, eso es pura
comercialidad y camelo, pues ni siquiera vendían algo atractivo, por ejemplo
Viola vendiendo mini cuadros que son una simple mancha de apenas 20 cm, o Dalí
firmando miles de hojas en blanco, para que posteriormente, un “negro” hiciera
cualquier cosa u ocurrencia que suplantase la originalidad, podría seguir dando
ejemplos flagrantes de comercialidad a ultranza, pero no quiero cansarles.
Y por descontado que en todos los estilos, y
sobre todo en el arte abstracto, hay muchas supuestas obras comerciales, que no
tienen ningún valor estético ni plástico, o en el mejor de los casos son
decorativos porque le van a juego con el sofá o las cortinas, meramente
comerciales y para rellenar paredes de gente que no sabe nada de arte.
Por otra parte siempre ha habido temas que se
vendían mejor, según las épocas y por lo tanto eran más comerciales, en
principio la pintura religiosa, la historicista, la mitológica, luego llegaron
los bodegones y paisajes y por último lo estrambótico, conceptual e
incalificable, generalmente esta última tendencia, dedicada a los personajes
más snobs y estúpidos que pagarán a precio de oro verdaderas mamarrachadas y
algunos de ellos, están considerados como prestigiosos coleccionistas, estos
últimos jamás comprarían una obra figurativa de las que realiza el pintor
Antonio Serralta, la calificarían de comercial, aunque fuera de alta calidad.
Cierto que como todos los pintores Serralta
entre sus obras tiene, como todos los pintores obras de distintos logros
artísticos “el que cuece y amasa de todo le pasa” y alguna con temas muy
repetidos dentro de la pintura comercial, aunque con un tratamiento que
analizado en profundidad, las hace diferentes a aquellas otras de baja calidad
realizadas con mucho menos oficio y virtuosismo, la pintura de Serralta tiene
tal riqueza de matices y cromática, así como juego de luces y sombras junto a
una técnica mixta, acrílico más óleo, que enseguida se distingue como algo
personal e inconfundible, con una belleza y un valor plástico intrínseco que
cautiva, no apta para snobs posmodernos.
Pedro Ortiz